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CRISIS DE ESTADO EN RUSIA

YeItsin confirma que las elecciones parlamentarias y municipales se celebrarán el 12 de diciembre

Pilar Bonet

Las elecciones parlamentarias en Rusia se celebrarán el 12 de diciembre y muy posiblemente irán acompañadas de comicios locales, según anunció ayer el presidente ruso, Borís Yeltsin, en su primera intervención pública desde el sangriento aplastamiento de la oposición aglutinada en torno al Sóviet Supremo (Parlamento), que ha dado un giro radical a los acontecimientos en el país. Cediendo a las presiones, el presidente del Tribunal Constitucional, Valeri Zorkin, que había puesto el veto a muchos de los planes de Borís Yeltsin, y especialmente a los más decisivos, presentó ayer su dimisión por escrito desde su casa, donde superaba una crisis de hipertensión. Yeltsin se dirigió al país por televisión.

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En la esperada alocución televisiva, Yeltsin aseguró a sus compatriotas, aún traumatizados por la violencia de los últimos días, que está dispuesto a defender enérgicamente y con dureza el proceso que dirige. "La democracia debe ser defendida eficazmente. El Estado debe usar la fuerza si surge una amenaza de violencia contra la vida y la seguridad de los ciudadanos. Sin esto no hay democracia", dijo.El presidente pidió a los sóviets (los consejos o parlamentos locales, base del régimen simbolizado por el extinto Sóviet Supremo) que se disolvieran "pacíficamente", "sin conmociones ni escándalos", en lugar de intentar "acomodarse a la nueva situación". Yeltsin no especificó si los comicios afectarán a las dos cámaras del nuevo Parlamento (la Asamblea Federal) o únicamente a una de ellas, tal como había anunciado el 21 de septiembre, cuando promulgó su decreto disolviendo el Parlamento federal, forjado en el molde soviético.

Hoy es día de luto nacional en Rusia por las víctimas del domingo y del lunes pasado, que ayer por la mañana sumaban 118, tras el fallecimiento de diez heridos más. Yeltsin supo elevar ayer su discurso por encima de las diferencias que le separan de sus adversarios políticos, pero sólo para los muertos. "A todos nos ha quemado el aliento mortal del fratricidio", comentó. Al margen de las diferentes convicciones, señaló Yeltsin, todas las víctimas eran "hijos de Rusia". "Esta es nuestra tragedia común", sentenció.

Con los adversarios vivos, aquellos que perseveren en lo que Yeltsin llama un intento de construir en Rusia una "sangrienta dictadura comunista fascista", el presidente tiene intención de ser más duro. "Todos los que participaron en los desórdenes con las armas en la mano, se rán castigados con toda la dureza de la ley". "En Rusia no volverá a haber perdón para el comuno-fascismo", afirmó. Un total de 17 organizaciones comunistas y nacionalistas han sido prohibidas y, tal como estaban las cosas ayer, no serán autorizadas a participar en las elecciones.

Yeltsin acusó al ex líder del disuelto Sóviet Supremo, Ruslán Jasbulátov, y al ex vicepresidente Alexandr Rutskói (se encuentran incomunicados en prisión) de haber dirigido un "motín armado" el pasado domingo y de haber conspirado durante muchos meses para instaurar una "sangrienta dictadura comunista-fascista" conjuntamente con una serie de organizaciones que combinaban la "svástica con la hoz y el martillo". Yeltsin consideró que "el foco de guerra civil en Rusia" ha sido apagado.

El presidente acusó a los sóviets locales de haber atentado contra la integridad del Estado y de haber alentado la resistencia del Parlamento federal. Culpó también al Tribunal Constitucional, y especialmente a su presidente, de lo sucedido por haberse dejado arrastrar a la política del lado del Sóviet Supremo.

Objetivos urgentes

Yeltsin mencionó una lista de objetivos urgentes, en la que figura una "constitución democrática normal", una verdadera reforma en el Ejército y en los órganos de seguridad y la continuación de la reforma económica. Ayer, Yeltsin prolongó la validez de los vales de privatización hasta julio de 1994, es decir, seis meses más de lo previsto inicialmente. El estado de excepción introducido en Moscú, y previsto hasta el 10 de octubre, puede recortarse o ampliarse, según las circunstancias.

Durante la segunda noche del toque de queda en la capital fueron detenidas 1.700 personas por salir a la calle sin permiso, y otras 900 lo fueron por delitos varios. Los diputados que no se sometieron a la voluntad presidencial antes del 3 de octubre no disfrutarán de la protección social prevista para aquellos que se mantuvieron leales a Borís Yeltsin, según uno de los decretos presidenciales difundidos ayer. La Administración presidencial es la institución encargada de elaborar la lista de los diputados depurados, quienes en algunos casos deberán devolver la liquidación por despido ya recibida.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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