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La sombra de Thatcher domina la conferencia de los 'tories' británicos

Enric González

Las conferencias de los conservadores británicos son, básicamente, ceremonias de exaltación del líder. La cuestión que se plantea estos días en la ciudad costera de Blackpool es: ¿qué líder? Mientras el primer ministro, John Major, permanece expuesto en la tribuna sin decir palabra, una aguda nostalgia por Margaret Thatcher planea sobre la audiencia y un puñado de aspirantes (Kenneth Clarke, Michael Portillo y Michael Howard) se disputan sin recato los derechos sucesorios. Tres años en Downing Street y una dramática victoria electoral no le han bastado a Major para hacerse con el corazón de su partido.En la conferencia de Blackpool, al noroeste de Inglaterra, empieza a vislumbrarse un nuevo vaivén de John Major, quizá el último. Tras sufrir los embates thatcheristas durante todo el proceso de ratificación de Maastricht y ser constantemente menospreciado por su antecesora, el primer ministro parece dispuesto a entregarse al bando rival: sus nuevas políticas respecto a Europa, la economía y la seguridad ciudadana son pura continuación de las mantenidas por su antecesora. En el momento más crítico de su mandato, Major renuncia a imprimir su propia personalidad en el Gobierno y, confía en encontrar apoyo entre los tories más derechistas.

Uno de los más conspicuos thatcheristas en el Gobierno, el ministro del Interior, Michael Howard, presentó ayer ante la conferencia un voluminoso paquete de medidas contra el crimen. Aunque muchas de las propuestas carecían de concreción y su puesta en vigor no era inminente, el plan Howard contenía una dureza y un radicalismo dignos de la Dama de Hierro. Las ideas centrales eran las siguientes: más poderes para la policía, juicios más expeditivos y más cárceles.

Entre las 27 medidas, que recogían casi íntegramente las recientes propuestas de una comisión especial para la reforma de las normas procesales, figuraban las siguientes: abolición del derecho al silencio; construcción de seis nuevas cárceles, todas bajo gestión privada; creación de un banco de muestras genéticas de delincuentes convictos, para futuras identificaciones; institución de una autoridad especial para la revisión de sentencias dudosas; e incremento de los poderes policiales para registrar automóviles al azar.

Memorias

La intervención de Howard devolvió momentáneamente el pulso a una conferencia que, desde su apertura el martes, ha estado marcada por lady Thatcher y la inminente aparición de sus memorias. El diario prolaborista Dady Mirror publicó ayer, por segundo día consecutivo, algunos fragmentos de Los años de Downing Street, primer tomo de las memorias de la ex primera ministra. Major es, en opinión de Thatcher y según el Mirror, un hombre cuyas ideas "varían con la marea". Un mazazo más sobre el actual primer ministro, que hoy se encontrará con su incómoda antecesora en la tribuna de dirigentes de Blackpool.La ex primera ministra llegó anoche a Blackpool, donde la ciudad y el partido la agasajaron con una cena de honor. Thatcher acudió a la conferencia con el único objetivo, según ella, de escuchar esta mañana al ministro de Hacienda, Kenneth Clarke, el más sólido candidato a suceder a Major.

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