Sólo Benazir y Sharif se disputan hoy el poder en las elecciones de Pakistán
Más de 52 millones, de paquistaníes están convocados hoy a votar en las que parecen las elecciones más limpias de sus 46 años como nación independiente. Sólo 10 partidos de los más de 40 que concurren tienen posibilidades de hacerse con alguno de los 198 escaños en liza, pero la gran batalla electoral está en manos de dos: el Partido Popular de Pakistán (PPP), que dirige Benazir Bhutto, y la Liga Musulmana de Pakistán (PMLn), de Nawaz Sharif.
Husain contempla impasible la caravana de coches repletos de hombres y de banderas del PPP que pasa por delante del banco donde trabaja en el centro de Karachi. El no votará, pero reconoce que la campaña electoral se ha caldeado en los últimos días y considera que habrá más participación de la que se pronostica, un 40%, que sería la más baja de la historia de Pakistán.El MQM -el partido que representa a los musulmanes venidos de India durante e inmediatamente después de la partición, en 1947- es la fuerza dominante en las grandes ciudades de la provincia de Sindh, especialmente en Karachi, la mayor ciudad del país, y ha decidido boicotear las elecciones. "Sin la participación del MQM estas elecciones son una farsa. Una huelga general en Karachi significa el colapso del país y eso lo pueden hacer en cuanto quieran", afirma Arshad Nasar, director de Caltex Oil.
Bhutto, favorita
En Pakistán no hay auténticos sondeos de opinión, pero todo el mundo coincide en que Benazir Bhutto, de 40 años, será la vencedora de estos comicios, los cuartos que se realizan en ocho años, con lo que recobraría el poder que ya ejerció en el periodo 1988-90, hasta que fue destituida por el presidente Ishak Jan.La campaña, que finalizó pasada la medianoche del lunes, ha descubierto un nuevo líder, Qazi Husain Ahmed, que encabeza el Frente Islámico de Pakistán (PIF). Husain Ahmed ha montado su propio canal de televisión y ha transformado la hasta ahora insulsa retórica religiosa de los partidos islamistas en una auténtica plataforma política desde la que plantea y da soluciones a los problemas cotidianos. El PIF es la tercera fuerza en la carrera electoral.
Tras seis meses de caos, provocado por la lucha sin cuartel desatada entre el ex residente Gulam. Ishaq Jan y el ex primer ministro Nawaz Sharif, a los paquistaníes casi no les importa quién gane con tal de que sea capaz de formar un Gobierno estable. No hay prácticamente diferencias entre los programas de Bhutto y e Sharif, basados en la economía de mercado, la atracción e inversiones y la privatización de empresas, aunque Benazir es más gradualista.
En la calle, la gente dice que quien debería quedarse como primer ministro es el actual, Moin Qureshi, que en apenas dos meses de Gobierno ha plantado cara a defraudadores, corruptos, delincuentes y narcotraficantes. Los hombres de negocios, sin embargo, aplauden su gestión con una media sonrisa que deja entrever las sospechas que ha despertado su actuación en medios industriales y financieros.
Lo cierto es que Qureshi ha abierto un nuevo capítulo en la historia de Pakistán y que quien salga elegido hoy tendrá mucho más difícil actuar en política como hasta la fecha.
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