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El Ayuntamiento demora la rambla de flores gitana

El proyecto de crear una rambla de flores, regentada por 16 mujeres gitanas, sigue sin ver la luz. Fue aprobado en dos plenos municipales de 1992, como medida de apoyo a familias en situación precaria, y recibió 12 millones de pesetas de la Comunidad. El Ayuntamiento se comprometió a fijar una ubicación. Acordó con Renfe habilitar el mercadillo en el vestíbulo del AVE, en Atocha, pero, al final, Renfe lo rechazó. Y el consistorio aún no ha ofrecido otro lugar.Portavoces de la Concejalía de Servicios Sociales aseguran que "no se decidirá el lugar hasta que la asociación gitana Romí Sersení aporte un documento con el beneplácito de la asociación de floristas madrileños al proyecto". Amara Montoya, presidenta de Romí Sersení, replica que el citado documento ya existe. Su asociación y los floristas firmaron un convenio en el que éstos muestran su apoyo "con objeto de erradicar la venta ambulante en Madrid". Y supeditan su ayuda a la ubicación del mercado y a que Romí Sersení colabore en la lucha contra la venta callejera.

"Sólo pedimos que paguen impuestos como cualquiera y que hagan un trabajo profesional", afirma el presidente de esta agrupación gremial, Alfredo Ortega. "Enclaves como la Castellana, Atocha, la Cuesta de Moyano o los cementerios nos parecen correctos", añade.

Renfe descartó instalar los 16 puestos en Atocha. "A lo sumo, cuatro o cinco", explicaron, no muy convencidos de que todos las floristas lograran pagar los cánones exigidos.

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