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Crece la protesta política en Italia por las graves inundaciones en el norte

La ola de mal tiempo que desde hace más de una semana sacude el norte de Italia, y que lleva causados al menos nueve muertos, está provocando una creciente reacción política de la población, que se resiste a aceptar como calamidad natural lo que considera consecuencia de la negligencia de sus administradores.Las protestas crecieron ayer al calor de la noticia de que el temporal ha causado daños en las cuatro regiones más afectadas -Liguria, Piamonte, Valle de Aosta y Lombardía-, por un valor superior los 2,2 billones de liras (unos 200.000 millones de pesetas).

Los partes meteorológicos, que indican que las condiciones negativas tienden a mantenerse, potencian un pesimismo y una rabia que tiene raíces en experiencias anteriores: hace exactamente un año que Liguria sufrió otra inundación similar, y el Gobierno otorgó, para paliarla, una ayuda de 100.000 millones de liras. Pero ni un ápice de ese dinero ha llegado todavía a sus destinatarios porque falta una autorización del Parlamento. Por estas y otras razones, los trabajos que se previó realizar para evitar nuevas catástrofes de este tipo no han sido llevados a cabo.

Técnicos, como Massimo Arattano, ingeniero del Instituto de Protección Hidrogeológica, han denunciado que las inundaciones no son básicamente el resultado de lluvias excepcionales, sino de comportamientos humanos muy concretos que deberían haberse corregido en los últimos 12 meses. "No se hace nada por mantener los cauces de los ríos en cotas altas; no se limpian los canales y se ha construido sin control en las zonas de expansión fluvial", declaró Arattano.

A falta de actuaciones decididas en estos campos, la riada de este año ha tenido consecuencias mucho más graves que las del anterior. Sobre todo en Liguria, que, con su orografía tortuosa, es la región más afectada. Los daños se elevan en ella a un billón de liras.

Centenares de personas todavía incomunicadas, 30 empresas destruidas, imágenes apocalípticas de aguas desbordadas que dejan a su paso un amasijo de barro y coches destrozados, ilustran diariamente el paso del temporal por Génova y su entorno. Los comerciantes de la capital ligur han presentado querella, ya admitida a trámite, por los delitos de "inundación y homicidio culposo" contra Ios desconocidos" que resulten responsables del desastre. La segunda región más castigada es Piamonte, con más de 600.000 millones de liras en daños.

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