El FMI y el G-7 apoyan a Yeltsin
JAVIER AYUSO / A. CAÑO El Fondo Monetario Interna cional (FM1) y el Grupo de los Siete (G-7) defendieron ayer públicamente al presidente de Rusia, Borís Yeltsin, al anunciar que agilizarán las ayudas economicas previstas para sus reformas. El director ejecutivo del FMI, Michel Camdessus, ya había expresado abiertamente su apoyo a Yeltsin el pasado viernes y el ministro de Finanzas de Hungría, Ivan Szabo, que preside este año la asamblea general de esta institución, declaró ayer que el FMI modificará algunas de sus exigencias para facilitar el en vío de fondos adicionales que ayuden al actual Gobierno de Moscú a solucionar su situación política y económica.
El FMI ha concedido ya ayudas a Rusia por valor de 2.500 millones de dólares (350.000 millones de pesetas al cambio actual) y podría enviar otro tanto en los próximos meses. También el Banco Mundial, que celebra conjuntamente con el fondo su asamblea de otoño, acelerará sus ayudas financieras pendientes. El Banco Mundial tenía comprometidos 1.400 millones de dólares en ayudas para la reconversión de la economía de Rusia, pero sólo ha entregado hasta la fecha 350 millones por el retraso en el cumplimiento del programa negociado en su día.
En ese nuevo ambiente de apoyo al líder ruso, los ministros de Finanzas del Grupo de los Siete (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Canadá, Italia y Reino Unido), salieron ayer en defensa de Yeltsin y anunciaron nuevas ayudas sin cuantificar.
Estados Unidos, por su parte, ha despejado legalmente el camino para que los 2.500 millones de dólares de ayuda a Rusia puedan empezar a hacerse efectivos a partir del próximo mes de octubre. Este paso, que ha sido descrito por el presidente Bill Clinton como "una muestra más de amistad", coincide con la creciente preocupación del Gobierno norteamericano por la posibilidad de que la crisis política en Moscú degenere en violencia.
Clinton escribió el viernes por la noche una carta a su colega ruso, Borís Yeltsin, en la que le anunciaba la aprobación de la ayuda económica en el Congreso y le reiteraba su apoyo "en estos momentos difíciles", según informaron portavoces oficiales. Posteriormente, en una improvisada conferencia de prensa, el presidente estadounidense explicó que su respaldo a Yeltsin no debe ser interpretado como una forma de intromisión en los asuntos internos de Rusia.
Aunque el presidente insistió después en su apoyo personal a Yeltsin -"mi apoyo no se ha visto afectado por nada que haya ocurrido hasta ahora", dijo-, varios comentaristas interpretan que EE UU está tomando una prudente distancia respecto al presidente ruso, ante el riesgo de que el asedio al Parlamento en Moscú, donde están encerrados los rivales de Yeltsin, termine con un acto de fuerza.
. El secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, se reunirá la próxima semana en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York con su homólogo ruso, Andréi Kozyrev, para conocer más detalles de la situación.
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