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Major insta a la CE a que olvide la "irrealizable" unión europea de Maastricht

Enric González

John Major, el primer ministro británico, cree que la Comunidad Europea (CE) debe enterrar de una vez el Tratado de la Unión Europea firmado en Maastricht. La unión monetaria es irrealizable, y la unión política es indeseable. Lo que hace falta, dice Major en un artículo que publica esta semana la revista The Economist, es volver a la pura cooperación entre Estados nacionales. Con el Partido Conservador muy revuelto y a sólo 10 días de su congreso anual, Major tercia en el debate con la vista puesta en las poco europeístas bases tories.

El mensaje de John Major no debe ser interpretado, sin embargo, como un simple guiño a los euroescépticos de su partido. Lo es en parte: proclama que el Sistema Monetario Europeo (SME) "se ha ido a pique", pero omite cuidadosamente toda mención a que su Gobierno trabaja estos días en el diseño de un mecanismo similar para las divisas de la Comunidad Europea.Por otra parte, el lugar elegido para publicar sus ideas no es un periódico local, sino The Economist, una revista leída por todos los dirigentes europeos. Con ello, sus colegas comunitarios quedan informados de que, en la cumbre. extraordinaria del mes que viene, Major no quiere ni oír hablar de calendarios para la Unión Europea.

Lo que el primer ministro británico quiere es reducir el número de comisarios en Bruselas y ampliar el de socios en la mesa comunitaria, tanto procedentes de la EFTA (Noruega, Suecia, Finlandia y Austria) como del Este: Polonia, República Checa, Hungría....

La danza de la lluvia

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"Recitar el mantra de la plena unión política y monetaria", escribe Major, dirigiéndose a sus "colegas jefes de Gobierno", es "corno bailar la danza de la lluvia, y tiene la misma efectividad". "Me preocupa demasiado la Comunidad Europea", sigue, "como para utilizar la política del esparadrapo, poniendo parches en lo que ya no tiene arreglo, o como para jugar a la política de la ilusión, como si nada hubiera sucedido", refiriéndose a la crisis monetaria.

John Major subraya lo que es obvio para casi todo el mundo: el SME está roto, la crisis económica arrecia y la tormentosa ratificación de Maastricht ha dejado cicatrices muy profundas en la sociedad europea. Y, a partir de los sucesos del último año, retoma las clásicas posiciones británicas y propone un radical golpe de timón en el rumbo comunitario.

El inquilino de Downing Street ataca la establecida idea de que la Comunidad Europea debe moverse hacia una unidad cada vez más estrecha y de que una Europa federal es, en un futuro más o menos lejano, inevitable. "Para nosotros, la nación-Estado está aquí para quedarse", afirma. El mismo Tratado de Roma, la piedra fundacional de la Comunidad Europea, es "un producto de la Europa de los años cincuenta" y debe adaptarse al "nuevo estado de ánimo" que surge en el continente europeo.

Crear empleo

Una de las frases de Major refleja a la perfección las diferencias entre la perspectiva británica y la continental. Para la mayoría de los Gobiernos europeos, la Comunidad Europea es un ambicioso proyecto político, una apuesta por el futuro. El primer ministro del Reino Unido afirma, por el contrario, que "la Comunidad no es más que un instrumento para mejorar la seguridad y prosperidad de los ciudadanos europeos. Cuando deja de cumplir esos objetivos, carece de sentido". "¿Qué es lo que preocupa a los europeos? No es reducir el número de monedas, sino incrementar el número de empleos", agrega.

La próxima cumbre de la Comunidad Europea, en octubre, se presenta tormentosa. Con Francia intransigente en la negociación de un acuerdo sobre comercio internacional, Alemania enfilando un año de elecciones y el Reino Unido empeñado en desmantelar el. proyecto de unión, resultará dificil reparar las vías de agua abiertas en el buque comunitario.

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