Nueva opción para los ex comunistas
Los polacos eligen hoy su Parlamento con pronósticos favorables para los partidos de izquierda
La posible victoria de los antiguos comunistas en las elecciones parlamentarias anticipadas que se celebran hoy en Polonia se ha convertido en una pesadilla tanto para la antigua oposición democrática como para los propios herederos del antiguo régimen, que reconocen no estar preparados todavía para volver al poder. Todos los sondeos apuntan, de hecho, a que la izquierda triunfará en los comicios de hoy, aunque es improbable que logre la mayoría absoluta y tome las riendas del Gobierno.En la actitud de los polacos ha influido especialmente el coste social de la reforma económica, la lucha sin cuartel entre los partidos surgidos de la antigua oposición anticomunista y la ofensiva ideológica de la Iglesia católica. Estos tres factores serán, en primer lugar, la causa de la previsiblemente baja participación en las elecciones. Según los sondeos, no se espera que acuda a las urnas más del 45% de los 28 millones de polacos con derecho al voto.
La campaña electoral, sosa y plagada de pleitos entre los candidatos, seguramente no pudo incitar a los polacos a votar. Según las últimas encuestas, realizadas por tres centros de sondeos de opinión, los antiguos comunistas de la Alianza de la Izquierda Democrática cuentan con una importante ventaja sobre los demás partidos políticos, con un porcentaje de apoyo previsto entre el 15% y el 19%. Tal resultado podría asegurarles más del 30% de los escaños en la Dieta (Cámara baja del Parlamento). Uno de los líderes de la Socialdemocracia de la República Polaca (la principal fuerza dentro de la Alianza de la Izquierda Democrática) aseguró, sin embargo, a este periódico en vísperas de las elecciones que según las investigaciones de un prestigioso centro de sondeos occidental, cuya identidad no quiso revelar, el apoyo a los ex comunistas se eleva hasta un 26%.
La nueva ley electoral, que establece un umbral de 5% de los votos para los partidos políticos y un 8% para las coaliciones, provocará, según se desprende de las encuestas, que en la Dieta (Cámara baja) no entrarán más que cinco o seis partidos, mientras que en el Parlamento disuelto a finales de mayo estaban representadas 29 agrupaciones. El único partido de la antigua oposición, que deriva del sindicato Solidaridad, que a todas luces tiene garantizada la presencia en las nuevas cámaras, es la centrista Unión Democrática, de Tadeusz Mazowiecki.
No obstante, este partido, que fue el más votado en los anteriores comicios de otoño de 1991, ocupa en las encuestas un tercer lugar, después de los ex comunistas y el Partido Campesino Polaco, heredero de una agrupación satélite del antiguo partido comunista. Las otras tres formaciones con mayores posibilidades de entrar en el Parlamento son los nuevos socialistas de la Unión de Trabajo, los populistas de la Confederación de la Polonia Independiente y el Bloque No Partidista de Apoyo a las Reformas, creado bajo los auspicios del presidente Lech Walesa. De confirmarse estas previsiones, quedarían fuera del Parlamento prácticamente todos los partidos de la derecha.
La razón del previsible desplazamiento de los votos hacia la izquierda es económica. El paro, desconocido bajo el comunismo, se eleva al 15% de la población activa, pero existen importantes bolsas de desempleo en las que su nivel asciende al 30%. A los parados y a mucha gente que teme perder el trabajo no les convencen los indicadores macroeconómicos que señalan que Polonia registrará este año un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del orden del 4%, quizás el mayor en Europa. La gente nota mucho más que los precios de la carne han subido un 8% en agosto pasado.
Pocos quieren dar crédito al ex viceprimer ministro y artífice de la reforma económica, Leszek Balcerowicz, cuando asegura que el consumo de la carne desde 1989 en las familias obreras creció en un 2%, mientras el porcentaje de las familias obreras que posee televisión en color subió del 51% al 83%, y el de los equipos de vídeo, del 4,7% al 41%.
Además, la imposición de la restrictiva ley del aborto, aprobada por el Parlamento la pasada primavera bajo la presión de la Iglesia católica, dio como resultado una ruptura cada vez más clara entre el pueblo y la jerarquía eclesiástica, que, temiendo el éxito de la izquierda en las elecciones de hoy, encomendó a Polonia a la Virgen de Czestochowa el pasado 28 de agosto.
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