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Cesaria Evora alcanza el éxito europeo con la nostalgia de la 'morna'

La artista de Cabo Verde presenta en Madrid su disco 'Miss Perfumado'

A veces, el mundo de la música ofrece sorpresas. Como la de Cesaria Evora, una mujer de Cabo Verde que después de pasarse la vida cantando en los cafetines de su isla, ha saltado a Europa para vender cientos de miles de discos, actuar en los festivales más importantes y obtener reconocimiento y respeto para la morna, la canción popular de su país que habla de sentimientos de nostalgia y tristeza. Ahora, actúa por primera vez en Madrid y prepara una gira por diversas ciudades españolas para el próximo año.

Tiene 51 años y, hasta hace muy poco, su vida era atender su casa en Cabo Verde, en la que vive con su madre, dos hijos, dos nietos y un hermano. "Nada de marido", se apresura a dejar bien claro. Por la noche, en los bares del puerto de Mindelo, cantaba mornas como Miss Perfumado: "Déjame morir mientras sueño / a la sombra de la mirada triste / de una delicada pequeña / de cuerpo perfumado".Cesaria Evora acaba de bajar de su habitación en la Residencia de Estudiantes, en Madrid, con aire entre cansado y ausente, y habla del fado y del blues para definir el sentimiento de la morna caboverdiana. Su arreglista Paulino Vieira es más preciso: "Es nuestra religión y nuestra terapia; nos calma y nos permite olvidar las dificultades, porque hay que dejar que la tristeza salga".

La morna -del inglés to mourn: lamentarse, dolerse- y la coladeira -con un ritmo más vivo-, han permitido a Evora salir de Cabo Verde. En 1985 lo hizo por primera vez para actuar en Lisboa. Hoy, realiza una gira nueve meses por Europa, cantando en los mejores festivales de jazz (Montreux, Niza), tras vender 100.000 ejemplares de su disco Miss Perfumado en Francia y casi 10.000 en España. "Me llevaré el disco de oro a casa", dice. "Lo pondré en mi habitación, quizá lo cuelgue del techo". Y esta mujer parca en palabras, esboza la única media sonrisa de la mañana.

"En casa, todos están contentos con el éxito. Si la vida cambia para mí, también cambia para ellos", dice la cantante, que ha visto como su casa se ha convertido en centro de peregrinación de periodistas europeos que quieren conocer de cerca sus fuentes de inspiración. "Les preparo cachupa, que el un plato con mijo, fríjoles, carne y verduras", dice Evora, mientras, al encender un cigarrillo tras otro, descubre un pequeño corazón mal tatuado en su antebrazo derecho.

Giro radical

Cesaria Evora contempla con parsimonia el giro radical que ha dado su vida. "Si me hubiera quedado en Cabo Verde, mi música no hubiera llegado a tanta gente. Cuando canto la morna siento respeto hacia mi país, pero tengo saudade en el escenario, porque mi mensaje viene de mi familia, de mis amigos. Mi padre y mi tío también la tocaban", dice la cantante, que no parece encontrarse fuera de sitio en su nueva situación. "Me gusta encontrarme con artistas de otros lugares, sea quien fuere, para hablar de todo un poco". Y menciona a Charles Aznavour, Salif Keítal, Manu Dibango, Amalia Rodrigues... A aquellos que la emocionan cuando cantan. "Julio Iglesias también es muy conocido en Cabo Verde. Es español, ¿verdad?".Tras presentarse en Barcelona, con notable éxito de público, Cesaria Evora actúa los próximos días 16, 17 y 18 en la sala Caracol (calle Bernardino Obregón, 18), de Madrid. La misma sala que, recientemente, ha lanzado a la popularidad a Chavela Vargas y Paquita la del Barrio. Con una capacidad de 250 espectadores, parece un local idóneo para la música humeante de Cesaria Evora, muy diferente de la sala de rock catalana que, en opinión de los que asistieron, resultaba demasiado fría y lejana. Pero a la Evora no parece importarle demasiado el entorno. Acompañada por Paulino Vieira (piano) y Toy Vieira (guitarra) -que ya han participado en sus discos- y dos guitarristas más, la cantante no tiene las exigencias de las estrellas. "No necesito nada; sólo cantar. Si la voz está bien...".

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