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La ONU denuncia nuevas atrocidades en campos de detención croatas en Bosnia

Unos 15.000 musulmanes han sido capturados en Mostar y el sur de Bosnia-Herzegovina por las fuerzas croatas desde junio pasado y mantenidos en condiciones brutales en campos de detención, según el informe sobre la situación en la antigua Yugoslavia difundido ayer en Ginebra por el relator especial de la ONU, Tadeusz Mazowiecki.El informe denuncia las detenciones masivas, los trabajos forzados, las expulsiones y violaciones llevadas a cabo en nombre de la limpieza étnica en las zonas controladas por las milicias croatas, que han ido casa por casa en busca de musulmanes, han quemado todo tipo de documentos y medicinas y han cambiado los nombres de las puertas. La misma suerte corrieron los croatas que trataron de ayudar y proteger a sus compatriotas musulmanes, indica el informe.

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El documento se refiere a las violaciones de mujeres, tanto por las fuerzas croatas como musulmanas, sin poder establecer todavía el número, y a la detención desde mayo pasado de 10.000 hombres en Mostar, 4.000 en Capljina desde julio, y varios cientos en Stolac y Gradska, el 15 de agosto, para el intercambio de prisioneros de guerra o para ser utilizados como escudos humanos o fuerza de trabajo en el frente.

Los principales centros de detención se encuentran en el helipuerto de Rodoc, al sur de Mostar, en un almacén de munición perteneciente al antiguo Ejército yugoslavo en Gabela, al sur de Capljina, y en Dretelj, al norte de esta ciudad. Las condiciones de detención de los 2.000 o 3.000 personas en Gabela eran "brutales y degradantes", según el informe.

La ración diaria consistía en 650 gramos de pan, repartida entre 16 prisioneros y una taza de sopa. A veces, no recibían comida durante días. En los hangares, herméticamente cerrados y sofocantes durante los meses de calor, "los guardias amenazaban a los prisioneros, algunos de los cuales podrían haber muerto deshidratados, con disparar si llamaban para pedir aire".

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Presión internacional

Paralelamente a la difusión del informe de Mazowiecki, el Alto Comisanado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidió desde Sarajevo "la máxima presión intemacional para poner fin a las graves violaciones de las leyes humanitarias en los campos de Dretelj y Gabela". Los funcionarios de ACNUR revelaron numerosas atrocidades perpetradas por los croatas tras escuchar los testimonios de prisioneros musulmanes expulsados hacia la localidad de Jablanica, en Bosnia central, después de ser liberados por sus captores.

Unos 100 prisioneros interrogados por un funcionario de la agencia de la ONU declararon que durante su detención fueron golpeados sistemáticamente y obligados a beber su propia orina. El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) espera poder entrar esta semana en el campo de Dretelj, informó el portavoz de ACNUR en Sarajevo, Ray Wilkinson.

El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, ha reconocido implícitamente las violaciones de los derechos humanos al enviar una carta al líder de los croatas de Bosnia, su aliado Mate Boban, en la que pide "respeto de la dignidad y los valores humanos y de derecho fundamentales", condena las violaciones de estos derechos y solicita "el inmediato y libre acceso del CICR a los centros de detención".

Ocho personas murieron y más de 10 resultaron heridas ayer en Mostar a causa de un ataque de la artillería croata contra los barrios musulmanes, según informó Radio Bosnia.

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