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España gastará 3.000 millones en retirar más de 25.000 pararrayos radiactivos

El desmantelamiento de los aparatos comenzará en octubre

La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (ENRESA) comenzará en octubre la retirada de los pararrayos radiactivos que hay repartidos por los tejados de toda España y los enviará a una empresa británica para que reciclen el americio 241 que contienen en sus cabezales. Han pasado siete años desde que Industria decidió su desmantelamiento. ENRESA calcula que hay entre 25.000 y 30.000 pararrayos radiactivos. La operación, que se prolongará durante cuatro años, costará 110.000 pesetas por cada aparato. O sea, multiplicando, cerca de 3.000 millones en total.

Se instalaron con gran entusiasmo a finales de los años cincuenta y durante los sesenta. Sustituían a los convencionales. Se dijo que la innovación de llevar unas finas láminas de americio en el cabezal les hacía más eficaces para atraer los rayos. Incluso se llegó a exigir en las normas de Industria que los organismos públicos dotaran a sus edificios de tan modernos artilugios. De ahí que los colegios adoptaran el cacharro.Mariano Molina, portavoz de Enresa, recuerda que a mediados de los ochenta, comenzó a correr el pánico. Desde los tejados se difundía a los cuatro vientos que tener un pararrayo radiactivo era muy peligroso y provocaba leucemia en los niños. El clamor popular llegó a tal punto que el Ministerio de Industria ordenó su retirada en 1986 y daba un plazo de dos años -ENRESA incluso publicó anuncios en la prensa anunciando la operación-. Los costes correrían por cuenta del Estado. "El pánico fue injustificado", indica Molina. "Hemos comprobado que una persona tendría que pasarse un año agarrado al pararrayos para que superara los niveles de radiactividad permitidos. En cuanto se aleja un metro ya es absolutamente insignificante la dosis que recibe. Sólo hay peligro si se chupa".

En Cataluña y Madrid

En cualquier caso, el portavoz de ENRESA reconoce que Francia y el Reino Unido también están retirando estos aparatos. "Nosotros hemos hecho tres censos y cada vez salen más. Ahora estamos por los 25.000; pero debemos contar con que irán apareciendo más cuando anunciemos la retirada", añade.Donde más hay es en Cataluña (5.123), Madrid (3.724) Andalucía (3.000) y Comunidad Valenciana (2.062).

En 1986 comenzó, pues, la tarea de buscar un sitio donde almacenar los pararrayos que se retiraran. ENRESA contactó con unos 200 municipios de distintas zonas de España para ofrecerles la posibilidad de instalar en ellos un cementerio de pararrayos. Se ofrecieron compensaciones anuales de hasta 40 millones y 15.000 más por aparato, informa Europa Press. Nadie las quiso. Entre otros, rechazaron el cementerio las localidades de Bocigas (Valladolid), Domeño (Valencia) y Fuensanta (Albacete).

A lo más que se llegó fue a retirar un millar, que fueron a parar a las instalaciones del Centro de Investigaciones Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT), en Madrid, y en las dependencias de Desarrollos Nucleares Aplicados, en Tarrasa (Barcelona).

Ladislao Martínez, portavoz de la Asociación Ecologista para Defensa de la Naturaleza (Aedenat), una de las primeras organizaciones que arremetió en España contra estos dispositivos, no ve mal la salida de enviarlos al Reino Unido, pero considera que se produce tarde. "La torpeza de ENRESA fue anunciar la retirada antes de haber encontrado un emplazamiento para almacenarlos", dice. Y aclara que estos pararrayos nunca han supuesto un problema radiológico grave; pero que había que impedir que proliferaran y quedaran por ahí sin control deteriorándose con el paso del tiempo.

Carlos Bravo, experto en energía nuclear y radiactividad de Greenpeace, opina que los pararrayos con americio 241 son un ejemplo del uso indiscriminado de sustancias radiactivas de décadas pasadas, "cuando se desconocían los riesgos exactos de su utilización y se prescindía de otros elementos igual de eficaces, además de inocuos para la salud y el medio ambiente".

Hace tres años, ENRESA se puso al habla con la empresa británica Amershan, productora de radioisótopos. Tras múltiples ensayos para ver lo factible y rentable de reciclar el americio en octubre comienza por fin el traslado definitivo. Amershan no pagara nada a España. "Harto hacen con quedarse con los aparatos", reconocen en ENRESA. Dadas sus propiedades como emisor alfa, el americio reciclado podrá venderse para ser empleado nuevamente en productos como los detectores de humo en las instalaciones contra incendios.

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