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Siete 'cascos azules' de Nigeria y 15 somalíes pierden la vida en una emboscada

Siete soldados nigerianos de las fuerzas de la ONU murieron ayer en un tiroteo mantenido presuntamente con hombres del señor de la guerra Mohamed Fará Aidid en Mogadiscio, la capital somalí. En el cruce de disparos cayeron, al parecer, al menos quince somalíes, algunos de ellos mujeres y niños, aunque no se pudo confirmar de forma oficial el número de bajas. Otros dos soldados fueron hechos prisioneros y por ahora se deconoce su paradero. Helicópteros norteamericanos atacaron en la noche de ayer con misiles anti-tanque posiciones de los seguidores de Aidid, en represalia por la muerte de los siete cascos azules nigerianos muertos.

El incidente se produjo a primera hora de la mañana en una zona que es un feudo de Aidid, cuando la patrulla de cascos azules se vio detenida por hombres de este señor de la guerra. Los soldados dispararon al aire para dispersar a la multitud e iniciaron nerviosas negociaciones con los viejos del lugar para conseguir salir del lugar. Las masas enseguida volvieron a cercar a los soldados que reanudaron sus disparos. Milicianos de Aidid abrieron entonces fuego y mataron a siete soldados.

Los nigerianos fueron muertos en las inmediaciones de un puesto de control conocido como Pasta, que les va a ser cedido en los próximos días por los cascos azules italianos, que se están retirando de la ciudad. En este mismo puesto tres soldados italianos fueron abatidos en julio por milicianos de Aidid.

Fuerzas de la ONU que estaban en los alrededores se vieron imposibilitadas de prestar ayuda a los nigerianos, porque civiles somalíes se lo impidieron con sus cuerpos y con el incendio de barricadas. Los seguidores de Aidid se reunieron enseguida en torno a los cadáveres ya desprovistos de sus uniformes y corearon el nombre de su líder, mientras algunos jóvenes posaban para los fotógrafos con sus pies sobre los cuerpos.

46 soldados muertos

Este ataque es el peor sufrido por los 25.000 integrantes de la fuerza de paz de la ONU desde que hace un mes cuatro soldados norteamericanos murieron al estallar a su paso una mina activada por control remoto. Con los muertos de ayer ya son 46 los cascos azules que han caído en Somalia desde que el 5 de junio los milicianos de Aidid mataron a 24 cascos azules paquistaníes.Desde esa fecha, los enfrentamientos entre somalíes y soldados de la ONU también han costado la vida a decenas de civiles, pero Naciones Unidas dice carecer de cifras, aunque niega que sean los centenares de que habla Aidid. Fuentes de las organizaciones humanitarias señalan que, al menos, han muerto 150 civiles en los últimos tres meses, aunque reconocen que el número puede ser mucho más alto.

El secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, "deploró" el incidente en el que perdieron la vida siete cascos azules nigerianos y aseguró que el ataque demuestra que es necesario desarmar a las facciones que combaten en Somalia.

Aidid -sobre el que la ONU tiene dictada una orden de busca y captura recompensada con 25.000 dólares (3,3 millones de pesetas, al cambio actual)- ha estado recibiendo de la propia ONU más de 100.000 dólares mensuales desde que en diciembre comenzó la intervención occidental en el país, según informaba ayer el dominical británico The Sunday Times. El dinero era para pagar a los hombres de este señor de la guerra que debían escoltar los convoyes humanitarios, según el rotativo, que recuerda cómo hasta la fecha no se ha producido ninguna de esas escoltas. El envío de fondos a Aidid fue cancelado la pasada semana.

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