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LA MAESTRANZA

Ganó 'Perdedor' por su bravura

Antonio Lorca

Toda la vida con el sello de perdedor y llega a la Maestranza y se convierte en el triunfador de la tarde. Perdedor se llamaba el cuarto novillo, de la ganadería de María Luisa Domínguez, bravo y codicioso como pocos, al que no se le dio la vuelta al ruedo porque el poco público asistente repartía su cariño entre los tres novilleros y poco entendía de novillos y menos le interesaba tan trivial asunto.Perdedor fue el triunfador por bravura, pujanza, codicia y nobleza. Acudió con alegría al caballo, apretó en dos largas varas, persiguió en banderillas y embistió incansable en la muleta. Antonio Cutiño estuvo por debajo de las condiciones del animal. Normal, por otra parte. Primero,. porque le tocó un toro bravo, y eso, ya lo dijo Belmonte, "pídele a Dios que no te toque"; segundo, porque Cutiño está en la lucha novilleril desde el año 89, le han escaseado las oportunidades y le falta la experiencia que el novillo exigía, y tercero, porque las maneras del novillero no rezuman la brillantez que la ocasión requería. De todos modos, no se amilanó ante la boyantía del animal y acompañó su embestida con quietud y valentía. Al final emocionó más el toro que el torero. Sin embargo, a éste le concedieron una oreja y sólo unos pocos aficionados aplaudieron al novillo en el arrastre.

Guardiola / Cutiño, Villafuerte, Osorio

Tres novillos de Salvador Guardiola, mansos deslucidos, y tres últimos de María Luisa Domínguez Pérez de Vargas, bravos y nobles. Antonio Cutiño: silencio; oreja. José Luis Villafuerte: ovación; vuelta. Rafael Osorio: ovación; oreja. Plaza de la Maestranza, 5 de septiembre. Menos de media entrada.

Villafuerte, muy voluntarioso, consiguió alguna verónica elegante a su segundo novillo, pero su faena de muleta careció de sentimiento. Toro y torero iban y venían en un compás sin armonía. Sufrió una seria voltereta, aunque no resultó herido.

Rafael Osorio le cortó una oreja a otro novillo bueno, y gracias tiene que darles a sus partidarios, que sacaron a pares los pañuelos. En su haber, algún natural de calidad, pero el conjunto fue gris: muleta retrasada, rapidez, toreo despegado...

Con los tres primeros, deslucidos e inservibles, los novilleros capearon una tarde ventosa que sólo fue triunfal para Perdedor.

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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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