Con la familia a cuestas
Al aparecer en Venecia con sus hijas, Dominica y Katherine; dedicar la película a su padre, recientemente desaparecido, y trabajar con su ex mujer, Barbara de Fina, coproductora, Martin Scorsese demuestra ya, incluso antes de entrar a hablar de las motivaciones de su último filme, cuánto le importa la familia.Al haberse traído a la Mostra también a su madre, Caterina, redunda en lo anterior, pero además hace patente la genética, su origen italiano, inequívoco, por otra parte, dado el físico siciliano que le acompaña.
El director cinematográfico, cuyo talento -al margen de la diversidad de opiniones que pueda suscitar su última obra-, es inversamente proporcional a su estatura y su gusto en el vestir, se presenta en la entrevista recién salido del gabinete de estética del enemigo: un pantalón crema sostenido por un cinturón de hebilla inenarrable, con una camisa a rayas azules y blancas, debajo de una chaqueta también de rayas, esta vez en blanco y beis.
Pero donde logra transmitir plenamente el odio profundo de su asesor de imagen esen sus pies menudos, calzados con unos zapatos de rejilla marrones pidiendo jubilación, por cuyas ventanas asoman unos caídos calcetinillos de espuma color claro, zapatos que debe adorar con la misma pasión que dice haber puesto en La edad de la inocencia, visto que no se los ha quitado desde que puso pie en el Lido.
Parece un hombre campechano, a pesar de que diga que en los últimos años no había concedido prácticamente entrevistas porque así se sentía más seguro. De ojillos pequeños y vivaces, que quedan como en dos cavidades, bajo las cejas a lo Carrero Blanco, Scorsese se mueve, gesticula y suelta risotadas engarzando la letanía que le toca desgranar en estos días: el estudio de las emociones, el comportamiento de los individuos, lo adecuada en el papel que encuentra a Michelle Pfeiffer, el sufrimiento.
Ese sufrimiento sobre el que se preguntó a las dos protagonistas -la esposa, interpretada por Wynona Ryder, y la amante, Michelle Pfeiffer en la rueda de prensa de presentación de la película. ¿Quién lo ha pasado peor en el filme? "Naturalmente, yo, la mujer" contestó Ryder, captando la broma. "Cada una a su modo", entró al trapo la rubia ex Catwoman, dejando helado al auditorio.
Babelia
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