Yeltsin destituye a Rutskói y al viceprimer ministro Shumeiko por sus acusaciones mutuas de corrupcion
El jefe del Estado ruso, Borís Yeltsin, destituyó ayer temporalmente de sus cargos al vicepresidente de la república, Alexandr Rutskói, y al primer viceprimer ministro,VIadímir Shumeiko, debido al "daño que sus mutuas acusaciones de corrupción hacen al poder estatal". El vicepresidente Rutskói es hoy uno de los principales enemigos de Yeltsin, mientras que Shumeikoes uno de sus más cercanos colaboradores. El septiembre caliente prometido por Borís Yeltsin comienza así con bajas importantes tanto en el campo presidencial como en el de la oposición.
Si el presidente ruso tiene derecho a destituir a Shumelko, la Constitución, en cambio, no le permite hacer lo mismo con Rutskói. El vicepresidente, al igual que el presidente, sólo puede ser separado del cargo por el Congreso de los Diputados del Pueblo (Parlamento) después de que el Tribunal Constitucional lo apruebe.El decreto de Yeltsin, según el comunicado divulgado por su secretario de prensa, Víacheslav Kóstikov, "subraya que el cumplimiento de obligaciones por parte del vicepresidente está relacionado en la Constitución con la existencia de encargos del presidente. Alexandr Rutskól actualmente no tiene ningún encargo. En ausencia de éstos, las facultades del vicepresidente no tienen estatus jurídico", dice el documento.
Corrupción
La destitución de Shumeiko, según el portavoz de éste, fue pedida por el mismo viceprimer ministro. Shumelko fue acusado por Rutskól el pasado mes de abril de estar relacionado con asuntos de corrupción. Posteriormente el Parlamento dio luz verde para incoarle proceso por "abuso de cargo", pero hasta el momento no se le ha podido probar nada. Shumeiko niega haber cometido actos ilegales y ha demandado a Rutskói en un juzgado de Moscú, pidiendo una indemnización equivalente a 70 millones de pesetas por daños causados a su reputación.
Rutskól ha sido acusado por la Comisión Interministerial para la Lucha contra el Crimen y la Corrupción de "estar ligado" a una cuenta bancaria suiza a la que se han desviado "grandes sumas de dinero estatal". El vicepresidente, igual que el viceprimer ministro, niega categóricamente los cargos en su contra.
Rutskói conoció ayer el decreto poco antes de tomar el avión que le llevaría a la ciudad minera de Vorkutá, y declaró que la decisión presidencial es ilegal. "Este hombre [Yeltsin] se ha colocado por encima de la Constitución", dijo a los periodistas. En la misma línea, el presidente del Parlamento ruso y adversario de Yeltsin, Ruslán Jasbulátov, aseguró que el decreto "es ilegal y será anulado por el Sóviet Supremo [Parlamento]".
El tema de la corrupción domina últimamente la política rusa y ya ha sido causa de varias destituciones y dimisiones. Así, para destituir a finales de julio al ministro de Seguridad, Víktor Baránnikov, se dio como una de la razones su comportamiento "inmoral", es decir corrupto. El mismo Baránnikov, sin embargo, acusa en una carta dirigida a Yeltsin y publicada ayer por el prestigioso Nezavísimaya Gazeta a "las estructuras de funcionarios mafiosos" de ser los culpables de su destitución, ya que él comenzó a "poner obstáculos en el camino de su fantástico enriquecimiento y robo al pueblo".
Las acusaciones de corrupción llevaron recientemente al ministro de Comercio Exterior, Andrél Gláziev, a presentar su dimisión. La renuncia de Glázlev, sin embargo, no fue aceptada, lo que condujo a algunos comentaristas a predecir la próxima caída de Shumeiko por haber "comprometido al presidente".
Una maniobra
Además, si se tiene en cuenta que anteayer Serguéi Filátov, el jefe de Gabinete del presidente Yeltsin, contrariamente a la ,posición irreconciliable de Shumeiko, propuso el compromiso de convertir al actual Sóviet Supremo, sin elecciones, en la cámara baja del nuevo Parlamento, no se debe descartar según algunos observadores que el presidente, con su decreto, haya querido en realidad librarse del primer viceprimer ministro.
Los que así piensan argumentan que la destitución de Rutskól no tiene ningún significado práctico, pues éste no cumplía ninguna función, mientras que la de Shumelko significa el alejamiento del entorno presidencial de una figura hasta ahora muy influyente.
La decisión de Yeltsin de separar temporalmente de sus cargos a dos hombres clave de la actual lucha política se produce en ausencia del primer ministro, Víktor Chernomirdin, que se encuentra en visita oficial en EE UU. La destitución de Baráminikov también ocurrió cuando Chernomirdin estaba fuera de Moscú. Según la Constitución, el presidente destituye a los ministros a propuesta del jefe del Gobierno y no por iniciativa propia.
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