_
_
_
_

El convoy escoltado por 'cascos azules' españoles consigue entrar en el sector musulmán de Mostar

Llegaron. Los cascos azules españoles repartieron alimentos en el sector musulmán de Mostar después de una interminable jornada en la que fueron detenidos por civiles croatas y por controles del Consejo de Defensa Croata (HVO). El convoy de alimentos y medicinas, destinados en su mayor parte a la población musulmana de Mostar, llegó a la ciudad cerca de las nueve de la noche (hora peninsular española). Los alimentos contenidos en ocho vehículos fueron repartidos en el sector croata de la capital de Herzegovina. A continuación, otros 19 camiones emprendieron ruta hacia la ribera este del río Neretva, que divide la ciudad y los sectores croata y musulmán, y lograron alcanzar su destino bien entrada la noche.

Más información
Genocidios cruzados

La jornada de ruta fue una accidentada marcha hacia Mostar desde la base española de Medjugorje. La caravana, compuesta por 27 camiones y bajo la escolta de los cascos azules de la Agrupación Canarias, sufrió continuas interrupciones por parte de manifestaciones espontáneas de mujeres y niños croatas. El resultado es que, en seis horas, el convoy sólo había recorrido 10 kilómetros de los 30 que separan Mostar de la base de la ONU.Un ambiente de optimismo reinaba en la base de Medjugorje ayer por la mañana: las trabas que impideron la salida del convoy el martes quedaron resueltas tras una reunión mantenida por los mandos militares croatas y musulmanes y representantes de la Fuerza de Protección de la ONU (Unprofor). Los musulmanes accedieron a un intercambio de cadáveres de combatientes exigido por las tropas croatas y el alto el fuego firmado el día anterior fue respetado.

Así las cosas, la caravana se puso en marcha y salió de Medjugorje a las once y media de la mañana. Tenía previsto llegar a Mostar a las dos de la tarde. La realidad fue muy distinta. Nada más partir de la base, un control del Consejo de Defensa Croata (HVO) retuvo a los camiones. Reiniciada la marcha, la caravana tuvo que detenerse en las afueras de la ciudad porque unos 300 manifestantes habían bloqueado la carretera. Protestaban porque 175 de las 275 toneladas de ayuda humanitaria iban a repartirse entre los 50.000 habitantes del sector musulmán de la ciudad, sitiados por las fuerzas croatas desde hace tres meses. La policía local croata dispersó a los concentrados al cabo de 90 minutos y el convoy volvió a ponerse en marcha sobre la una y media de la tarde.

La carrera de obstáculos no había hecho más que empezar: dos concentraciones más volvieron a detener el convoy en los siguientes diez kilómetros. En la última de ellas, una treintena de soldados croatas se unió a los civiles. A media tarde, a seis horas de su salida, el convoy había recorrido tan sólo un tercio del camino. Finalmente, sobre las nueve de la noche los cascos azules empezaron a distribuir la parte de la ayuda destinada al sector croata de la ciudad.

Aproximandamente dos horas después, los cascos azules españoles pudieron empezar a repartir alimentos en el sector musulmán de la ciudad, en la ribera este del río Neretva.

Comida en los tejados

En previsión de que el convoy escoltado por las tropas españoles no lograra alcanzar su destino, seis aviones Hércules C-130 estadounidenses lanzaron ayer ayuda humanitaria sobre Mostar por segunda noche consecutiva. El bombardeo humanitario de ayer ha sido el más importante de los lanzados hasta ahora sobre Mostar, según confirmó un portavoz militar de Estados Unidos en la base de Rhein-Main, en Frankfurt. En la noche del martes, dos Hércules estadounidenses sobrevolaron Mostar y arrojaron 13.44.0 raciones individuales de comida preparada.

Los castigados residentes salieron corriendo a la calle al oír el sonido de los motores. "Al principio el ruido nos asustó, no sabíamos lo que era", cuenta Erna, de 22 años, cuya familia recogió tres paquetes de comida que cayeron sobre el tejado de su casa.

El lanzamiento de comida se produjo horas después de que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) pidiera ayuda a los países occidentales para hacer llegar comida a Mostar ante el fracaso de las negociaciones para dejar entrar el convoy el martes.

Los aviones estadounidenses realizan lanzamientos de comida sobre Bosnia desde el pasado 28 de febrero como parte de la llamada Operación Promesa, en la que participan también aparatos británicos y franceses. Hasta ahora se han arrojado desde el aire más de 7.000 toneladas de alimentos sobre ciudades bosnias sitiadas.

Ayer, antes de que el convoy lograra entrar anoche en Mostar, Holanda propuso formalmente a la OTAN que bombardeara los enclaves desde donde los croatas impedían el paso a la ciudad de los 27 camiones, informa desde La Haya Isabel Ferrer. Si bien el comité militar de la Alianza Atlántica estudió la petición, en círculos diplomáticos de las Naciones Unidas se dudaba de que el Gobierno holandés fuera capaz de conseguir apoyo suficiente de otros países miembros para llevar a cabo dicha acción.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_