Un manso de matrícula de honor

Albaserrada / Currillo, Lara, Pascual

Cinco toros del marqués de Albaserrada (uno fue rechazado en el reconocimiento), justos de presencia, mansos, flojos y noblotes. 1º de Passanha, con trapío, descastadísimo, fortachon y peligroso. Currillo: metisaca, estocada y tres descabellos (ovación); estocada corta baja y media baja (más palmas que pitos cuando saluda). José Lara: media atravesada y descabello (silencio); media perpendicular atravesada, media desprendida y descabello (silencio). Rodolfo Pascual, que confirmaba la alternativa: pinchazo hondo desprendido y media delantera (ovación); media rinconera, media tendida trasera y descabello (palmas).

Plaza de Las Ventas, 22 de agosto. Un tercio de entrada.

El toricantano Rodolfo Pascual arrumbó en su particular fecha histórica de la confirmación con un mulo con cuernos, anunciado como toro en cartelería y programas de mano, que en una hipotética universidad de la mansedumbre habría obtenido matrícula de honor y premio fin de carrera. A buen seguro que no olvidará nunca a este malage abundoso de cólera, de desconcertantes y cambiantes reacciones y que llevaba el hule incorporado.Tampoco su subalterno, el otrora matador de toros Juan Ribera, al que persiguió con saña y tremenda velocidad en el tercio de banderillas obligándole a tomar varias veces el olivo acelerada y limpiamente.

Después, este pregonao cinqueno y descompuesto obligó a lo mismo al propio Pascual durante su faena de muleta. La lidia así transcurrió como homenaje y remedo en Las Ventas al duelo atlético que acababan de mantener una hora antes Fermín Cacho y Morcelli en los mundiales de atletismo. Incluso se aumentó el espectáculo con otra especialidad atlética también fuera de programa: el salto de altura (entiéndase de barrera).

Sin malas intenciones

El resto del encierro no sacó tantas dificultades, pero su mansedumbre, compensada por la ausencia de malas intenciones, era de notable alto. Ni los dos primeros, con más estampa de los toros artistas de Juan Pedro Domecq; ni los demás, ya más en el tipo de la casa Albaserrada procedente de los tulio, engrandecieron el interesante curriculum con que cuenta esta señera divisa.

Currillo centelleó algunos detalles de la clase que atesora; taumatúrgicos momentos en redondos, trincherillas y pases de la firma que ilusionaron al cotarro. Fue un espejismo, un leve pegujal artístico que se disolvió en el conjunto de su toreo perfilero y no en demasía entregado, quizás con el desánimo de la escasa colaboración de sus enemigos. Lara, voluntarioso, acusó que era la primera vez que se vestía de luces en cinco años. Pascual mostró un corte elegante pero también muchos enganchones con el último de la tarde.

Luis de Pauloba sufrió contusiones de pronóstico menos grave en la corrida celebrada ayer en Barcelona.