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55 indios asháninkas, asesinados en la selva de Perú

El Gobierno peruano atribuye a una columna de unos 200 guerrilleros de Sendero Luminoso el asesinato, el jueves pasado, de 55 nativos asháninkas en la localidad de Satipo, que se encuentra enclavada en plena jungla peruana, en el departamento de Junín, a unos 300 kilómetros al este de Lima. Fuentes oficiales afirman que los cadáveres presentaban numerosos cortes y mutilaciones realizados con machetes, lanzas y puñales. Añaden que los asaltantes prosiguieron su hazaña en el hospital de Satipo, donde rebanaron las orejas a los 14 niños que se encontraban ingresados.

Fuentes militares anunciaron anoche que la columna de Sendero Luminoso responsable del asalto había sido descubierta y cercada por elementos del Ejército y de la policía en una región selvática de la provincia de Huancayo. Las fuentes no precisaron si las fuerzas de seguridad ya habían dado el asalto a los terroristas.Lucila Shinzato, presidenta de la región de Mariscal Cáceres, donde se cometió la matanza de indígenas, señaló que los poblados en los que irrumpió el grupo armado están ubicados en las márgenes del río Ene, habitadas por nativos de la etnia asháninka. Según Shinzato, la columna atacante pertenece a la banda maoísta Sendero Luminoso, que supuestamente "se vengó" de los asháninkas por ponerse del lado de las Fuerzas Armadas peruanas.

Los indios han formado sus propias patrullas de vigilancia, a las que denominan "rondas campesinas", para combatir a los grupos subversivos, pero éstas no pudieron actuar porque el ataque les sorprendió desde diversos frentes. Al parecer, la columna se dividió en tres grupos que entraron en los poblados satipeños de Santa Isabel, Santa Rosa, Sol de Oro, Monterrico Tawantinsuyo y Iriari y actuaron simultáneamente.

En los últimos meses, alrededor de un millar de nativos fueron rescatados del poder de Sendero Luminoso, que, siempre según la presidenta de la región, los mantenía por la fuerza virtualmente como esclavos y casi sin alimentación en la selva de Junín.

Niños mutilados

Shinzato precisó que las víctimas, entre ellas los niños mutilados, formaban parte de los grupos asháninkas rescatados. Los niños, declaró, se encontraban en el hospital para recibir tratamiento médico y alimenticio, tras haber sido rescatados anémicos y desfallecidos de las manos de Sendero Luminoso.Los atacantes utilizaron machetes, lanzas y puñales, y Shinzato dio a entender que los senderistas habían obligado con amenazas de muerte a grupos de la misma población para que asesinaran a sus propios vecinos.

Tres días antes de esta mantanza de indios, Sendero Luminoso asesinó en La Merced, también en la provincia de Junín, a ocho personas, incluidos cinco maestros, el gobernador y el teniente gobernador de la localidad de Kirinaki. Las víctimas de Kirinaki fueron acribilladas a tiros en la plaza principal en presencia de sus familiares y de los lugareños, tras haber sido sacadas por la fuerza de sus viviendas por un grupo de una veintena de terroristas.

El presidente de Perú, Alberto Fujimori, tras el fujigolpe en abril de 1992, declaró una guerra sin cuartel a la organización maoísta Sendero Luminoso, cuyo máximo líder, Abimael Guzmán, ha sido encarcelado, junto con numerosos dirigentes y más de 2.000 activistas. A pesar de estos reveses, el grupo mantiene todavía una fuerte actividad guerrillera, especialmente en la región andina de Ayacucho, a unos 400 kilómetros al sureste de Lima.

Precisamente el miércoles pasado, unos 50 senderistas atacaron la aldea de Huanchis, en Ayacucho, dieron muerte a cuatro miembros de la milicia campesina, hirieron a otro y destruyeron sus casas, según informó el testigo presencial Marino Yaranga.

En total, más de 27.000 personas han perdido la vida en Perú a consecuencia de la violencia política en estos últimos 13 años.

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