La oposición a Obiang desea que Suárez retome su papel de mediador en Guinea

Los partidos de la oposicion guineana no cantaban ayer victoria plena. El aplazamiento de tres meses de las elecciones legislativas, dicen, es un buen gesto pero no es suficiente. Lo que queda para redondear la noticia, el cumplimiento de las garantías democráticas del proceso electoral, era el tema de la nueva reunión que ayer sostuvieron en Malabo el presidente Teodoro Obiang y los dirigentes de la oposición. Mientras, diversos dirigentes opositores expresaban la idea de que un buen sistema para medirle el pulso a la sinceridad de las buenas intenciones expresadas ahora por Obiang sería el visto bueno del Gobierno de Malabo al regreso, en su puesto de mediador del proceso, del ex presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez.

Los partidos de la oposición guineana creen que aún no ha llegado el momento de cantar victoria. "Se ha abierto una puerta a la esperanza" decía ayer en Malabo José Luis Nvumba, dirigente del partido de la Convergencia Para la Democracia Social (CPDS), al comentar el anuncio del aplazamiento de tres meses de las elecciones legislativas del 12 de septiembre hecho el miércoles en Malabo por el Gobierno de Teodoro Obiang. "Pero no habrá victoria total mientras el cambio de fechas no vaya acompañado de reformas de contenido", añadió.Mientras, una docena de dirigentes de varios partidos de la oposición discutían en una nueva reunión con el presidente Teodoro Obiang la sustancia de estas exigencias: elaboración de un nuevo censo electoral que no excluya a los militantes de la oposición; una nueva ley electoral que no impida, como ahora, presentarse como candidatos a quienes estuvieron en el exilio; cese de las detenciones de militantes de la oposición; explicaciones sobre la decisión de excluir a nacionales de España y EE UU, principales valedores del proceso democrático, de la lista de observadores de los comicios...

"Obiang, por primera vez, ha cedido pero el mérito es de la población que ha puesto al régimen en una peligrosa encrucijada al perder el miedo", relata Nvumba al recordar el boicoteo a los mítines de Obiang por el país, las reganinas que ha recibido en las aldeas por los ancianos o la negativa de la población a presentarse a los funcionarios del censo. La revuelta de Annobón, este fin de semana, fue otro signo premonitorio. Ahora, entre los temas a debatir, la oposición ha añadido la exigencia de una verificación "neutral" de lo sucedido en la isla de 2.000 habitantes tras el envío de 200 militares. La insistencia, ayer, del viceprimer ministro Miguel Oyono de que fue el Gobierno español quien instigó la revuelta annobonesa alienta el escepticismo.

"La gente ha superado el miedo porque, en un país en el que todos somos presa del hambre, las enfermedades endémicas, las palizas policiales y las amenazas de los pistolones, no hay nada que perder", subraya por su parte Andrés Moisés, dirigente del partido de Unión Popular (UP) que está decidido a volver hoy a Guinea tras años de exilio en España.

"La noticia del aplazamiento es buena, pero ahora falta que Obiang cumpla con el resto de las condiciones de la oposición", dice por su parte, en Madrid, el dirigente del Partido Socialista, Tomás Mecheba, al recordar que las exigencias que se discutían ayer en Malabo formaban parte del Pacto Nacional que Obiang firmó en marzo y nunca cumplió.

En su opinión, una buena señal para verificar si hay sinceridad en los nuevos gestos de Obiang sería la vuelta a su puesto de mediador entre Gobierno y oposición guineanos del ex presidente del Gobierno español, Adolfo Suárez. El mediador tuvo que suspender su labor después de que Obiang impidiese su regreso a Malabo. "Los partidos de la oposición creemos que Suárez, por su prestigio, eficacia y comprensión del tema, debe volver", dice Luis Ondó Ayán, líder de la Alianza Nacional para la Restauración Democrática de Guinea Ecuatorial, informa Luis Esteban desde El Escorial. Lo mismo opina Andrés Moisés.