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El nuevo reglamento del servicio militar se aplicará de forma paulatina

Miguel González

El nuevo reglamento de reclutamiento para el servicio militar, que ayer entró en vigor, endurece las condiciones para librarse de la milí o aplazar el ingreso en filas. Sin embargo, algunas de sus novedades se aplicarán de forma muy paulatina a lo largo de varios años.El reconocimiento médico universal con carácter previo a todos los reclutas sólo se pondrá en práctica cuando el Ministerio de Defensa firme los correspondientes convenios con el departamento de Sanidad y con las comunidades autónomas que tengan transferida la red sanitaria pública. Mientras tanto, como ocurre ahora, sólo pasarán reconocimiento médico, en hospitales militares, quienes aleguen problemas de salud.

Además, a los jóvenes que se incorporan a filas en 1994 se les aplicará el cuadro médico de exclusiones del reglamento anterior, que permite librarse de la mili a los que tienen pies planos o más de cuatro dioptrías, al contrario de lo que sucederá en el futuro. La filosofía del nuevo reglamento consiste en que quienes padezcan limitaciones físicas o psíquicas que no les impidan desarrollar una actividad laboral normal cumplan sus obligaciones militares, aunque sea en puestos adecuados a sus condiciones personales. Los portadores de anticuerpos del sida podrán elegir si hacen o no la mili.

Prórrogas de estudios

La aplicación del nuevo sistema de prórrogas por estudios, que condiciona su obtención a un mínimo de aprovechamiento académico, se demorará todavía más. Estos requisitos sólo se exigirán a los jóvenes que cumplen 17 años en 1993 y que en 1996 deberán pedir la primera ampliación de prórroga por estudios.La edad de exención de la mili se adelanta a los 30 años, por lo que las prórrogas, salvo excepciones, sólo aplazarán la incorporación a filas hasta los 27 años como máximo. En general, no podrán obtenerse prórrogas sucesivas de distinta clase.

El reglamento desarrolla el sistema de manifestación de preferencias incluido en la ley del Servicio Militar de 1991. Dicho sistema permite a los jóvenes elegir alguna de las plazas-ofertadas por el Ministerio de Defensa (65.000 para 1994) o, en su defecto, manifestar sus deseos respecto al ejército, zona geográfica o área de cometidos para hacer la mili, así como el mes de incorporación. Estos deseos se atenderán en la medida en que lo permitan las necesidades militares.

En teoría, los residentes en el extranjero deberán hacer la mili, pero en la práctica, el reglamento tiene suficientes fórmulas para que esta eventualidad sea improbable, siempre que se trate de una residencia permanente.

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Sobre la firma

Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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