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"Trabajo para mantener a mis hijos"

La actriz norteamericana Mia Farrow rueda actualmente su primera película europea desde hace 14 años en Dublín, bajo la dirección de John Irvin. Después del culebrón de su separación de Woody Allen, ella ha iniciado una nueva etapa en su vida y su carrera.

Vestida con una túnica de faena típica de los años veinte, sin apenas maquillaje y sus ojazos azules atentos tanto a su pequeña hija Tam que juega junto a ella, como a las preguntas de la entrevista, Mía Farrow asegura que "era el momento adecuado para aceptar el papel" en Widows peak (La cumbre de las viudas), la película que- rueda este verano el director británico John Irvin. La oferta llegó el verano pasado, coincidiendo con uno de los periodos más difíciles en la vida privada y profesional de Mia Farrow. Meses de cotilleos sobre la relación entre Woody Allen, su antiguo compañero y mentor profesional, y su hija adoptiva Soori Yi, más las comparecencias ante el juez para resolver la custodia de Satchell, el hijo natural de Mia y Allen, parecían llegar a, su fin."He empezado una vida nueva", insiste con total convencimiento, y sigue: "Una vida nueva no sólo porque estoy trabajando en esta película, sino principalmente porque me voy de la ciudad de Nueva York al campo, aunque no estoy segura hacia dónde me dirijo. Pero ya veremos". Quizá Mia Farrow no tiene una meta definitiva todavía, pero ve el futuro con 'optimismo. "Estoy deseando comenzar de nuevo. Trasladarme a la granja con mis hijos. Llevar una vida diferente. Liderar la vida que yo quiero, no la que desea realizar un hombre".

Como ha sido habitual en esta mujer que no aparenta los 47 años que cumplió el pasado febrero, Farrow quiere combinar los dos. papeles que ha desempeñado la mayor parte de su vida: trabajar como actriz y criar a una creciente colección de hijos naturales y adoptivos. "Tengo que mantener a muchos hijos [tres de su segundo matrimonio con André Previn, seis adoptados y uno de Woody Allen]. No me queda más opción que trabajar y trabajar", afirma. Y continúa: "Espero tener la suerte necesaria, que me ofrezcan suficientes papeles, porque si no mis niños y yo nos veremos en un apuro serio".

Nuevas perspectivas

La suerte no se hizo desear mucho tiempo. Tras su aparición en Husbands and wives, su último trabajo con Woody Allen, Mia Farrow se coloca de nuevo frente a las cámaras representando a una mujer "de mediana edad, excéntrica e irlandesa, que vive bajo unas circunstancias únicas en un pueblo pequeño", según describió minutos después de intervenir en una escena el pasado martes. "Es una película de mujeres", dice."Hay tres papeles principales, [representando al tres mujeres extraordinarias. No tenemos que competir entre nosotras [Natasha Richardson y Joan Tlowright], porque los tres personajes son diferentes, pero a la vez excelentes. Me encantaría representar cualquiera de ellos", insiste.

Mia Farrow habla de "los ,viejos tiempos" cuando se refiere a sus experiencias con Woody Allen. "Es la primera vez en 14 años que trabajo con un equipo diferente. Me pregunté a mí misma cómo me sentiría, porque lo cierto es que nunca he funcionado con gente que no me gusta. He conectado con John Irvin inmediatamente. Nos entendemos mutuamente y me siento fenomenal", asegura. Amistad es un término que se repite numerosas veces a lo largo de la conversación que Mia Farroix concedió a EL PAÍS durante la décima jornada del rodaje de Widows peak. "El equipo de los viejos tiempos son mis amigos, por supuesto, pero en Irlanda estoy haciendo nuevas amistades. M e siento muy cómoda", dice.

Widows peak se basa en un guión que el escritor irlandés Hugh Leonard compuso especialmente para que Mia Farrow y su madre, Maureen Osullivan, trabajaran juntas por primera vez. "Entonces estaba rodando continuamente en Nueva York, y esta pequeña película en un remoto lugar no me pareció relevante. Pero es una pura casualidad que 10 años después represente el papel escrito para mi madre". Una vez más, Farrow saca a relucir su necesidad de sentirse arropada, de encontrar amistades fieles y exprimir viejos lazos sentimentales: "La sorpresa es que me he encontrado con una' persona [Leonard] que conoció personalmente a mi abuelo. Ha sido una recompensa especial".

El filme también le ha permitido reunirse con viejas conocidas que ayudan a recrear un ambiente familiar e íntimo en Irlanda en vez de Manhattan, la ciudad de su pasado. "Natasha [Richardson] se porta como una hermana muy divertida. Y es como si Joan [Tlowright], a la que conozco desde hace 20 años, :Formara parte de mi propia familia. Además, estoy haciendo nuevos amigos", dice con un tono relajado.

La inauguración de su nueva vida, tanto a nivel profesional como privado, marcha sobre ruedas: "Conecté con mi nuevo equipo enseguida, porque todos me brindaron su apoyo inmediato. Irvin es muy perceptivo y me ayuda mucho con sus referencias. Es cierto que no estoy acostumbrada a su estilo, no estoy habituada a que el director comente sus ideas. Woody Allen hablaba muy poco. Irvin tampoco habla mucho, pero acierta cuando lo hace y me resulta beneficioso. Está muy bien", dice mientras se le iluminan sus ojos azules.

En cuanto termine el rodaje, Mia Farrow se ocupará de su granja, a las afueras de Nueva York, donde vivirá "una mujer sola con un puñado de niños [por lo menos sus cinco hijos mas pequeños], pollos, perros, gatos, un caballo y un poni", explica con placer. "No quiero pensar en otras cosas", dice de refilón, antes de recordar, en una alusión sobre su pasado, que "tengo amigos fabulosos. Especialmente cuatro amigas íntimas a las que conozco desde mi niñez me han ayudado en todo".

Un personaje ambiguo

Joffin Irvin asegura que la elección de las tres actrices fue un proceso relativamente sencillo: "Estoy trabajando con los personajes que elegí originalmente",, dice en Ballyknochan (a unos veinte kilómetros al sur de Dublín), una de las principales localizaciones de su filme. Y sigue: "Sabía que Mia Farrow, que tiene pasaporte irlandés, era la persona ideal. Ideal como alguien que parece pasivo pero es tan sólo un camuflaje de una voluntad de hierro. No puedo imaginar a otra mujer para el papel de miss O'Hara".IguaImente, el director británico explica que está "divirtiéndose enormemente" dirigiendo a Mía Farrow. "Mantenemos una amistad extremada mente creativa. Es una actriz con una experiencia extraordinaria. Conviene recordar que sus primeros éxitos no fueron con Woody Allen, sino con Roman Polanski [Rosemary's -baby, 19681. Todo lo que hace parece natural. En realidad, no se trata de dirigirla, sino de animarla y brindarle toda la con fianza que uno puede", insiste en un descanso del rodaje.

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