Los liberales japoneses se resisten a ceder su monopolio del poder
Japón seguía sin Gobierno en la noche de ayer debido a la puntillosa utilización del procedimiento por parte del antiguo partido en el poder, el Liberal Demócrata (PLD), que logró retrasar la transferencia del poder a una coalición de siete partidos opositores. Estaba previsto que Morihiro Hosokawa, el líder del Nuevo Partido de Japón, inaugurara ayer el nuevo Gobierno en una sesión especial de la Dieta (Parlamento), pero los dirigentes del PLD frenaron el trámite a través de una serie de reuniones inconcluyentes en diversos comités sobre quién debería ser elegido presidente de la Cámara.
El PLD, que fue invencible en las urrias durante 38 años, protagonizó anoche una de las transferencias de poder menos agraciadas de las jamás vistas en un sistema democrático. El último Gabinete del PLD, encabezado por Kilchi Miyazawa, presentó -ayer su dimisión fórmal, pero la sesión parlamentaria de emergencia para elegir el nuevo Gobierno tuvo que ser pospuesta anoche.-Megustaría formar el Gabinete", comentaba anoche un Hosokawa frustrado, "pero todo depende de lo que pase mañana".Ahora se da la posibilidad real de que el segundo país más rico del mundo siga sin Gobierno hasta el próximo lunes.
Incapaz de asumir su pérdida del poder en las elecciones de hace tres semanas, el PLD parece dispuesto a jugar al desgaste en el Parlamento como un niño que abraza el balón para que nadie pueda jugar.
La coalición propuso ayer a Takako Doi, el antiguo dirigente del partido socialista, como nuevo presidente del Parlamento, un puesto que debe ser aprobado antes de la investidura del primer ministro.
Pero el PLD protestó por la elección de Doi, puso objeciones a la composición de las delegaciones de la coalición en los comités, planteó problemas sobre la duración de la sesión especial de investidura y, en general, redujo el debate político al nivel de un altercado entre niños petulantes que discuten sobre la propiedad de sus canicas.
"No intentamos ser obstinados", aseguraba Yoshiro, el nuevo secretario general del PLD. "Pero ésta es nuestra primera sesión en la oposición. Es importante para nosotros hacer honor a nuestros principios y actuar en consecuencia", decía el portavoz.
La verdadera intención del PLD, con este ejercicio de filibusterismo, es intentar demostrar que la coalición es demasiado desorganizada y fragmentada como para formar un Gobierno sólido. La coalición abarca desde los socialistas de extrema izquierda hasta un partido budista, e incluye varios partidos conservadores escindidos del PLD.
"El pueblo japonés emitió su juicio en las elecciones", dijo Kozo Watanabe, miembro del Partido Shinseito (Renovador), que ocupa el centro de la coalición; "por tanto, el PLD debería ceder el paso sin organizar tanta confusión"The Independent / EL PAÍS
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