Los locos de la guerra
La huella de la guerra marca la ciudad croata de Split, en la costa dálmata. Mutilados, refugiados, milicianos y hasta locos pululan con más miedo que esperanza. En el hospital psiquiátrico, la vida se ha detenido en un hilo, el que sostiene a esta joven de 23 años, que pasa las horas subida a una silla, como huyendo del suelo. El sufrimiento extremo extravió su mente, tal vez para siempre. Allí, en la silla, se balancea y gime, imitando a los cuerdos de la antigua Yugoslavia.
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