El SME sobrevive a la mayor crisis de su historia
La intervención masiva de los bancos centrales salva 'in extremis' a cinco de las ocho monedas del sistema
El Sistema Monetario Europeo (SME) aguantó ayer a duras penas la mayor crisis de su historia, gracias a la intervención masiva de los bancos centrales europeos en defensa de cinco de las ocho monedas que permanecen en su mecanismo de cambios. El franco francés fue la divisa más afectada por las presiones de los especuladores, que consiguieron sacarla por tres veces de su límite de fluctuación en el SME. La intervención coordinada de los bancos centrales de Alemania, Holanda y Francia evitaron su salida del sistema. La corona danesa -que sufrió tanto como el franco para mantener su paridad- y el franco belga recibieron también este apoyo.La peseta y el escudo portugués se tuvieron que defender en solitario con fuertes ventas de marcos por parte de sus bancos emisores. Aun así, la moneda española se acercó peligrosamente en varias ocasiones a su límite de fluctuación (84,01 frente al marco) y registró una fuerte depreciación al cierre de la sesión (83,10 frente a 81,90 del jueves). El Banco de España intervino durante toda la jornada para evitar la salida de la peseta del SME. El dólar estadounidense aprovechó el colapso de los mercados europeos y se apreció frente a todas las monedas del sistema. En Madrid llegó a cotizar a 145 pesetas y cerró a 144,75.
La voz de alarma no se hizo esperar ayer. Nada más abrirse los mercados, los especuladores iniciaron sus frenéticos ataques sobre cinco de las ocho monedas del SME. Tan sólo el marco alemán, el florín holandés y la libra irlandesa se salvaron de la debácle. El terreno estaba abonado para obtener jugosos beneficios, después de que la actitud intransigente del Bundesbank pusiera contra las cuerdas al propio sistema. La apuesta de los bancos norteamericanos -y algunos europeos- estaba clara: forzar la ruptura del SME o, en su defecto, una intervención masiva que asegurara las plusvalías.
Los ataques se fueron produciendo en oleadas salvajes en todos los mercados europeos, que iban poniendo en el límite a las divisas y forzando la intervención de los bancos centrales. La ruptura del SME flotó en el ambiente en varias ocasiones, aunque varios líderes europeos salieran en defensa del mecanismo de cambios europeo. A primera hora de la tarde la hipótesis de la ruptura del sistema se transformó en fuertes rumores de una reunión de urgencia del Comité Monetario de la CE para proceder a un reajuste de paridades o incluso modificar algunas de sus normas de funcionamiento.
A primeras horas de la noche se esperaba la convocatoria de esa reunión para el fin de semana, o incluso una llamada a los miembros del Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la CE (ECOFIN) para abordar posibles medidas de urgencia. Una encuesta de urgencia realizada por Reuter entre una veintena de economistas vaticinaba el fin del SME en los próximos días, y los más optimistas apostaban por un nuevo reajuste que podría sacar del sistema a la peseta y el escudo portugués.
Fuentes oficiales españolas descartaron medidas aisladas de nuestro país e insistieron en que el Banco de España seguirá defendiendo a la peseta si las restantes monedas europeas sometidas a presión mantienen su política. Esta afirmación está en línea con la realizada por el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, quien defendió la conveniencia de que los países centrales, es decir, Francia o Alemania, convoquen algún tipo de reunión para este fin de semana que permita aliviar las tensiones sobre el SME.
"Hemos vivido con demasiada frecuencia situaciones de este tipo comentó Solbes refiriéndose a la jornada de ayer. "Eso implica", añadió, "que algo no funciona". Como solución apuntó que "sería deseable que aprovecharamos este fin de semana para tener algún tipo de contacto que permita llegar al lunes en una situación distinta a la actual". En cualquier caso, añadió, no es. España quien, tiene que convocar esa reunión, sea el Comité Monetario o un ECOFIN extraordinario. Solbes evitó valorar qué tipo de medida conjunta salvaría, la situación de crisis del SME pero subrayó de forma reiterada la conveniencia de que, sea cuál sea, se acuerde este fin de semana.
El Banco de España intervino periódicamente para evitar que la peseta se saliera del SME. En varias ocasiones, el marco superó las 83,50 pesetas -sin llegar nunca a su límite de fluctuación de 84,01-, aunque el banco emisor intentó frenar las caídas a partir de las 83,20. Ni la autoridad monetaria ni el ministro quisieron revelar el nivel de reservas perdidas. Fuentes oficiales insistieron en que España tiene divisas suficientes para afrontar esta nueva presión, aunque precisaron que si la CE no toma medidas este fin de semana, las turbulencias pueden aumentar el lunes "hasta hacerse insoportables".
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