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El precio de la credibilidad

Emilio Ontiveros

El Bundesbank ha vuelto a enmendar la plana a las expectativas al mantener inalterada su tasa de descuento. El recorte del miércoles en el tipo de financiación a corto a los bancos, comerciales (tipo repo) en 20 puntos básicos, (dos décimas), desde el 7,15% al 6,195%, se había constituido en una señal favorable, supuestamente anticipadora de un movimiento del mismo signo en su tipo de descuento, una de sus dos tasas oficiales que actúa, de hecho, como suelo para todos los tipos del mercado monetario alemán, y que se mantenía inalterada desde el pasado 2 de julio en el 6,75%. No ha sido así. En su reunión de ayer, última antes del periodo de vacaciones, el consejo del Bundesbank ha decidido, contrariamente a lo esperado por la mayoría, reducir en medio punto, hasta el 7,75%, la tasa lombard, que gira sobre los préstamos de igual nombre, considerados como una facilidad crediticia de emergencia, que concede a muy corto plazo el Bundesbank a los bancos comerciales con problemas puntuales de liquidez, en especial ante el cumplimiento del coeficiente de caja. Esa es la razón por la que se considera que dicha tasa incorpora una penalización sobre otros ti pos de referencia del banco central alemán. El estrechamiento del diferencial entre ambos tipos oficiales es apenas un gesto, a todas luces insuficiente para eliminar las fuertes tensiones a las que está sometido el mecanismo de cambios del Sistema Monetario Europeo en las últimas semanas. Al actuar así, el Bundesbank no sólo ha pues to de manifiesto la preeminencia de la esta bilidad de los precios sobre cualquier estímulo a una economía en recesión, sino que también ha agudizado la precariedad en que está sumido el SME desde la emergen cia de la crisis del pasado septiembre. Así lo han empezado a asimilar los operadores en los mercados de divisas, donde nuevamente las monedas consideradas periféricas y el propio franco francés han sido objeto de presiones depreciadoras.La contradicción está servida en toda su plenitud: La preservación de la disciplina cambiaria comunitaria -considerada la plataforma de rodaje en la transición hacia la Unión Económica y Monetaria- no sólo bloquea cualquier insinuación de relajación monetaria, reclamada por esa elocuencia con que se manifiesta la recesión en todo el continente, sino que podría obligar a algunos países a elevar sus tipos de interés a corto plazo. Difícil, y en muchos casos, falsa elección que por sí misma cuestiona hoy más que nunca la supervivencia del Sistema, al menos en su actual configuración. Elevado precio, en todo caso, el que en esta ocasión ha exigido el banco central alemán para defender su credibilidad.

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