Un financiero declara a los jueces que Ferruzzi pagó comisiones a políticos españoles para comprar Elosúa

Giuseppe Berlini, financiero, de Lausana (Suiza), ha declarado a los jueces de Milán que el año pasado pagó comisiones a "relevantes políticos españoles" para que la multinacional italiana Ferruzzi entrara en aceitera Elosúa. Berlini, que se ocupó de las operaciones secretas de Raúl Gardini, de la familia Ferruzzi y de Montedison, después de que dicha multinacional pasara bajo el control del grupo de Rávena, explicó que actuó así para que Eridania Beghin. Say -filial de Montedison- fuese autorizada a adquirir una cuota de control sobre Elosúa, compartido con Tabacalera.

El diario económico italiano Il Sole-24 Ore, propiedad de la Confindustria, la patronal italiana, publicó ayer esta información en exclusiva. Il Sole-24 Ore no cita literalmente las actas de declaración de Berlini ni mencionaba ninguna fuente de autoridad para justificar su información. No obstante, ofrecia un relato genérico de la operación -que no incluía la cuantía de los presuntos pagos ni la identidad de sus destinatarios-, así como una descripción de los motivos y el alcance de la participación en ella de Berlini, personaje que nunca ha tenido capacidad de representar legalmente a Montedison ni Eridania.El diario recuerda cómo, hacia el otoño de 1991, Montedison inició la compra en bolsa de Elosúa a través de la empresa también aceitera Koipe, que ya era filial suya. La operación suscitó protestas y recelos inmediatos en la opinión pública española, se señala. Berlini ha reconocido a los magistrados que su intervención en este asunto comenzó precisamente cuando Koipe llegó a reunir el 24,9% del capital de Elosúa y hubo de suspender la compra porque una participación superior hubiera requerido lanzar tina OPA (oferta pública de adquisición de acciones).

La intervención de Berlini fue, según la misma fuente, doble: por un lado, a través de diversas sociedades que controla en Suiza y que no eran sospechosas de estar relacionadas con Montedison, siguió comprando en bolsa las participación que Koipe no podía ya adquirir sin recurrir a la OPA. Por otro, se encargó de mediar para lograr una solución al conflicto con Tabacalera, le empresa pública española que en aquel momento controlaba Elosúa.

Las declaraciones de varios directivos de Ferruzzi y Montedison, y en especial del ex presidente de ambas sociedades Giuseppe Garofano, quien con sus confesiones está descubriendo dos décadas de negocios sucios de la química italiana, sitúan, en efecto, a Berlini en el eje financiero de la operaciones encubiertas del grupo de Rávena. En concreto, el financiero suizo recibió presuntamente fondos multimillonarios de Montedison, por la vía de los denominados créditos back to back o a través de entidades terceras con garantías en efectivo de la multinacional. Utilizó este dinero para adquirir clandestinamente Elosúa.

Otras operaciones

Berlini aplicó tales fondos tanto a operaciones que nada tenían que ver con Montedison, como cubrir las pérdidas generadas por negocios especulativos de Raúl Gardini, como a otras que sí estaban relacionadas con ella. Una de éstas fue la adquisición escalada clandestina de Elosua.En junio de 1992, tras dos años de negociaciones, la empresa aceitera Koipe, propiedad de la multinacional italiana Ferruzzi, y el grupo público representado por las sociedades Alimentos y Aceites y Tabacalera llegaron a un acuerdo para repartirse el control de Elosúa, por el que cada parte se hizo con el 36,8% de las acciones de la aceitera española.Este reparto se decidió tras la oferta pública de adquisición de acciones (OPA) que lanzaron ambos grupos a inicios de año. Antes de esta oferta, el grupo público controlaba un 32,2% y Koipe un 24,9%. El aumento de su participación en Elosúa supuso un desembolso de 5.400 millones. Ferruzzi se hizo finalmente cargo de la gestión.