El Rey reclama en Santiago "firmeza" en la "peregrinación hacia la libertad"
El rey Juan Carlos recordó ayer en Santiago de Compostela que España inició hace 15 años una "peregrinación hacia la libertad" que para mantenerse necesita "claridad, rigor y firmeza" en las ideas. Durante la ofrenda nacional al apóstol Santiago, que se celebra cada 25 de julio, el Monarca se lamentó por la "irracional violencia asesina" del último atentado de ETA en Madrid e invocó la "serenidad colectiva" ante hechos como éste. Don Juan Carlos pidió al apóstol protección para los cascos azules españoles en Bosnia, que "van en ayuda de los hermanos que más sufren". Don Juan Carlos cumplió una tradición que data de la época de Felipe IV: la ofrenda al apóstol, que este año santo hizo él en persona.
A primera hora de la mañana, una procesión encabezada por el Rey y el arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco, recorrió la plaza del Obradoiro antes de la celebración de la misa y la lectura de la ofrenda. El Gobierno estuvo representado por el ministro de Obras Públicas, José Borrell, y la titular de Cultura, Carmen Alborch, en esta ocasión tocada con peineta, según las normas del protocolo.El presidente del Ejecutivo, Felipe González, que el día anterior había asistido en la capital gallega a una reunión del Real Patronato (le la ciudad, no participó en la ofrenda, ya que previamente tenía comprometida su presencia en un acto socialista en Portugalete, (Vizcaya). El jefe del Estado portugués, Mario Soares, y el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, al frente de todo su Gabinete, fueron otras de las personalidades asistentes.
Don Juan Carlos leyó las peticiones de la Corona a Santiago en la catedral compostelana. Se presentó ante el apóstol "como un peregrino más" y comparó la trayectoria. política de España con el viaje: que siguen los romeros por la ruta jacobea.
"El pueblo español está llevando a cabo desde hace 15 años la peregrinación de la libertad. Necesitamos claridad en las ideas, rigor para llevarlas a cabo y firmeza para mantenerlas", proclamó el Monarca, antes de agregar a modo de plegaria: "No permitas, apóstol santo, que nada ni nadie nos desvíe de nuestra ineta".
Esperanzas y amenazas
Subrayó el Rey que el año santo de 1993 coincide con "esperanzas y amenazas que sin sernos desconocidas o insólitas marcan con huella profunda nuestro presente y nuestro inmediato mañana". Así, destacó el contraste entre la esperanza por los "pasos firmes" hacia una Europa unida y los conflictos y disensiones históricas que, sin embargo, y desafortunadamente, vuelven a renacer en nuestro continente y por doquier".El Monarca recordó que España "está presente en ambos escenarios, en el de la construcción de un futuro mejor y en el de las tragedias inhumanas" y pidió al apóstol protección para los cascos azules españoles que se encuentran destacados en Bosnia-Herzegovina.
Don Juan Carlos aprovechó la ocasión para referirse al último atentado de ETA en Madrid "que ha golpeado cobarde y ciegamente a ilustres representante de nuestras Fuerzas Armadas y a conciudadanos inermes". "Te pedimos que transformes su sacrificio en semilla para que germine en nuestra patria común ese anhelo de serenidad colectiva que nos anima", proclamó don Juan Carlos.
El Rey definió a España como una especie de mosaico hermoso y único en el que cada pieza, cada comunidad, constituye un elemento indispensable". El oferente también habló en gallego para referirse a los problemas específicos de esta comunidad, a la que puso como ejemplo de "una última lealtad a la tierra materna que no descarta, ni mucho menos, la sensibilidad para el conjunto nacional".
En su respuesta al Monarca, el arzobispo de Santiago, Antonio María Rouco, no desaprovechó la ocasión para condenar el aborto y la eutanasia. Rouco se refirió a "la conciencia rota por los atentados cometidos contra la vida de los más inocentes, los no nacidos, los niños, los ancianos indefensos".
El Rey culminó su estancia en Galicia con la entrega, a última hora de la tarde, de la medalla de oro de la comunidad al presidente portugués, Mario Soares. Su viaje a Santiago ha servido de espaldarazo a los actos culturales programados para el año santo por el Gobierno gallego y el Ayuntamiento de la ciudad, que han intentado aprovechar la celebración jacobea para tomar el relevo en 1993 de Barcelona, Sevilla y Madrid.
Paralelamente a los actos institucionales del Día del Apóstol Santiago, los partidos nacionalistas celebraron el Día da Patria Galega con manifestaciones reivindicativas para lograr mayores cotas de autonomía para Galicia y soluciones para abordar la crisis económica.
Alrededor de 10.000 simpatizantes y militantes del Bloque Nacionalista Galego (BNG) protagonizaron el acto más concurrido de todos los programados. Bajo el lema Cada día mais, la manifestación partió de los Jardines de la Alameda compostelana para concentrarse en la plaza de la Quintana, donde el líder del BNG, Xosé Manuel Beiras, fue aclamado candidato a la presidencia de la Xunta en las elecciones del próximo octubre.
Arenga del BNG
"El Bloque Nacionalista es este conjunto plural, diverso, articulado y cohesionado sobre las bases de un proyecto común, ofrecido a todos los ciudadanos para la liberación social y nacional del pueblo gallego, para su emancipación de las formas y centros de poder que lo colonizan", aseguró el diputado autonómico Xosé Manuel Beiras en su arenga ante sus seguidores.También hizo votos en su mitin para que se alcance la unión del nacionalismo gallego. "Para quien dialogue, argumente y negocie, el BNG estará siempre abierto al trato, y leal a los acuerdos y compromisos que contraiga; pero frente a un poder que ejerza soberbia y no se avenga a razones, el BNG será un luchador irresistible", añadió Xosé Manuel Beiras. Durante el acto se pudieron ver carteles en los que se pedía la autodeterminación para Galicia.
Los distintos actos que se celebraron para conmemorar el Día da Patria Galega evidencian la desunión del nacionalismo. El partido Unidade Galega, que tiene dos representantes en la Cámara regional y que recientemente se coligó con la formación Esquerda Unida, homenajeó a figuras ilustres del nacionalismo, como Castelao o Bóveda, en Santo Domingo de Bonaval. Otros grupos independentistas, sin representación parlamentaria, también se manifestaron por las calles de Santiago de Compostela.
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