Bhutto, reforzada por la salida a la crisis política en Pakistán

La antigua primera ministra paquistaní Benazir Bhutto sale reforzada de la crisis política de estos últimos días, que se tradujo en la renuncia simultánea del presidente, Gulam Ishaq Jan, y del primer ministro, Nawaz Sharif. La jefa de la oposición tiene ahora grandes posibilidades de volver al poder después de tres años de travesía del desierto.La solución a la grave crisis provocada por la pugna entre Ishaq Jan y Sharif fue radical: ambos abandonaron el domingo por la noche sus funciones, la Asamblea fue disuelta y unos nuevos comicios generales fueron convocados para el próximo 6 de octubre, bajo supervisión del Ejército, la institución que aparece cada vez más como el árbitro de la situación. El papel del jefe del Estado Mayor, Abdul Waheed, quien medió entre los dos rivales, fue objeto de elogios unánimes. "El Ejército intervino esta vez para salvar la democracia y no para apagarla", recalca un diplomático.

Unas personalidades neutrales, mientras tanto, gobernarán el país: el presidente del Senado, Wasim Sajjad, ejercerá la presidencia de la república, y Moeen Qureshí, un economista que fue funcionario del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional, encabezará el Ejecutivo. La llegada de este tecnócrata ha sido bien acogida por la opinión pública, que no disimula ya su cansancio hacia los políticos.

Benazir Bhutto, por su parte, ve su posición reforzada, al haber triunfado su tesis: la de que sólo unas elecciones generales podían desenredar el embrollo. La ex primera ministra está convencida de que su partido, el PPP (Partido del Pueblo Paquistaní, de izquierda), se encuentra hoy en posición de fuerza a la vista del profundo desgaste sufrido por sus rivales políticos como consecuencia de la crisis de estas últimas semanas. Queda por saber, sin embargo, si los militares, que hicieron todo para apartarla del poder hace tres años, aceptarán esta vez su eventual vuelta sin pestañear. Los dos perdedores , en cambio, son Ishaq Jan y Sharif, que fueron incapaces de frenar el proceso de autodestrucción mutua en el que se han enzarzado en la cumbre del Estado.