La CE intentará hoy superar el veto irlandés a los fondos estructurales

El Consejo de Ministros de la CE tiene previsto aprobar hoy los seis reglamentos de los fondos estructurales para los años 1994 a 1999, que significan la aportación de 141.000 millones de ecus (21,1billones de pesetas) para las regiones menos desarrolladas, ayudas contra el paro y zonas de reconversión industrial o agraria. La aprobación definitiva, que debe producirse por unanimidad, depende del sentido del voto que adopte Irlanda.

La decisión de Irlanda estará pendiente hasta el último momento de un aumento en las ayudas que otros países, como Grecia y España, no están dispuestos a asumir.Pese a todo, la presidencia semestral del Consejo de Ministros, a cargo de Bélgica, ha manifestado su intención de intentar el acuerdo irlandés a lo largo de toda lajornada de hoy, mediante contactos bilaterales. La aprobación de los fondos ha sido inscrita en el último punto del orden del día del Consejo y será objeto de un debate rápido y de la votación final. Bélgica no está dispuesta a que se toque ni una coma de los seis reglamentos, que fueron ya aprobados en segunda lectura y enmendados por el Parlamento Europeo el pasado miércoles.

Si Irlanda vota desfavorablemente, los fondos quedarán pendientes de que el gobierno de Dublín decida cambiar de posición, pero ya no serán inscritos para su debate en ningún otro consejo. El compás de espera no puede superar el otoño, momento en que está prevista la entrada en vigor del Tratado de Maastricht, que contempla un procedimiento mucho más complejo para la aprobación de los fondos, con mayor participación de la eurocámara y con consulta previa del Comité de Regiones, todavía inexistente. Si esto sucediera, la CE debería empezar de nuevo todo el proceso y la aprobación de los fondos quedaría aplazada varios meses.

El problema que queda pendiente en el reparto de los fondos es el destino final del paquete de ayudas dedicadas a los cuatro países llamados de la cohesión (España, Portugal, Irlanda y Grecia), que equivale a unos 75.000 millones de ecus (11,25 billones de pesetas). Este paquete fue aprobado en el Consejo Europeo de Edimburgo, el pasado mes de diciembre, con el objetivo de duplicar el montante de las ayudas a los cuatro países. Dicho Consejo estableció también unos criterios para modular el reparto: riqueza nacional y regional, población de las regiones y gravedad de los problemas estructurales, incluido el paro.

Los más beneficiados

Se da la circunstancia de que el país que puede aplazar la aprobación de los fondos, e incluso llegar a congelarlos a partir del 1 de enero próximo, es el que más perjudicado quedaría por tal decisión. Los irlandeses son los europeos más beneficiados por las ayudas comunitarias, con 281,1 ecus (42.180 pesetas) per cápita en 1992, que representa el 2,68% de su PIB. Los españoles, en cambio, recibieron 90,1 ecus (13.500 pesetas) que vienen a significar el 0,76% del PIB.

La pretensión de Irlanda es obtener 11.000 millones de ecus (1,65 billones de pesetas). Portugal ha presentado un plan de obras públicas a cargo de los fondos por valor de 18.700 millones de ecus (2,8 billones de pesetas). Grecia persigue una cantidad muy similar a la de Portugal. Y España, finalmente, debería obtener 36.000 millones de ecus (5,4 billones de pesetas) si se aplicaran estrictamente los criterios aprobados en Edimburgo. Si se suman todas las pretensiones se percibe que faltan unos 8.000 millones de ecus (1,2 billones de pesetas), algo más del 10% del conjunto de las ayudas disponibles.