El Campo de las Naciones empieza la conquista del Este
El nuevo centro de negocios, sin transporte colectivo, atrae a escasos clientes
El viejo olivar de la Hinojosa, un erial situado a ocho kilómetros de la Puerta del Sol camino de Barcelona, se ha convertido en una ciudad de negocios, congresos y esparcimiento tras cuatro años de obras. El Campo de las Naciones, que acoge los recintos feriales, el Palacio de Congresos, dos hoteles, oficinas y un inmenso parque, es la primera pieza de la conquista del Este que ha iniciado Madrid. Muy cerca, dentro de algunos años más, habrá una ciudad de servicios en torno al aeropuerto de Barajas, varios barrios residenciales, una réplica de la Casa de Campo y un hipermercado.Pero la avanzadilla del gran Este es casi una ciudad fantasma. Los modernos edificios del Campo de las Naciones han llegado antes que las líneas regulares del autobús o el tren. Los organizadores del Congreso de Enfermería, con el que el pasado mes se inauguró el Palacio, tuvieron que gastarse 40 millones en contratar autocares particulares.
La mala comunicación en transporte colectivo de la zona y su lejanía del centro suponen un lastre para la instalación de empresas, y mas en un momento de recesión, según creen las consultoras inmobiliarias. Los siete edificios de despachos, que abrirán sus puertas tras el verano, apenas han conseguido alquilar un 5% de los 88.000 metros cuadrados construidos, según las mismas fuentes.
Sin embargo, aunque las perspectivas a corto plazo tiendan a dejar deshabitados los despachos, los responsables municipales y los promotores confían en el futuro. El Banco Bilbao Vizcaya (BBV) compró en 1992 las siete últimas parcelas del Campo de las Naciones (16.000 millones por 122.000 metros cuadrados edificables) pensando en que la zona tiene garantías.
"Está junto a un futuro centro comercial, la Feria de Muestras, el Palacio de Congresos y está muy bien comunicado [en coche], con dos accesos directos desde la M-40% declaraba hace unos meses un portavoz del BBV. Pero, al mismo tiempo, el portavoz confesaba que aún no se había decidido emprender la construcción de las oficinas y comercios. Es una de las piezas del Campo de las Naciones que sigue siendo un solar, junto con el paralizado campo de golf y una parcela municipal.
El Ayuntamiento aprobó el proyecto del Campo de las Naciones hace siete años con la intención de expropiar los suelos del viejo olivar y subastarlos al mejor postor. Con ese dinero -unos 8.000 millones apuntaban las previsiones-, el municipio construiría un parque y rehabilitaría barrios deteriorados.
Pero las previsiones se quedaron cortas. Campo de las Naciones, la empresa municipal encargada de la operación, obtuvo cerca de 40.000 millones por los suelos. Sin embargo, el parque de 2.000 millones costó en realidad 8.000, y el Palacio de Congresos salió por 15.000. Descontados los gastos de urbanización de la zona y de las expropiaciones (3.000 millones), el proyecto ha arrojado un saldo favorable final de cerca de 14.000 millones con los que el Ayuntamiento ha conseguido nivelar los desfases del presupuesto de la Gerencia de Urbanismo.
Según Pablo Población, gerente de la empresa municipal Campo de las Naciones, el problema del transporte colectivo va camino de solventarse. Renfe ha presentado un proyecto para habilitar una línea entre Chamartín y los recintos feriales que utilizaría las vías del ferrocarril Madrid-Barcelona, que transita a unos metros de la zona.
El Instituto Ferial de Madrid (Ifema) y Campo de las Naciones confían en que el Consorcio de Transportes fije varias líneas de autobuses para la zona, que partan de Cuzco y de la avenida de América. Pero el consorcio no lo ve tan fácil. De momento, y para después del verano, sólo se plantea reconvertir en línea regular el servicio especial que ahora une el Campo de las Naciones con la estación de metro de Arturo Soria. El autobús funciona cada 20 minutos de 7.40 a 22.30.
Broncas de domingueros
En la zona, con los despachos aún desocupados, no se ven corbatas. Pero, por la noche, la ciudad fantasma se puebla de coches. Ciclistas y familias enteras invaden el parque Juan Carlos I, que aún no tiene sombra. Y en sábados y domingos hay lleno total de chándales, bicicletas, tortilla y niños. Hasta 15.000 personas, según Población. Las broncas se montan, dicen los vigilantes, cuando los domingueros aparcan en los vados privados o tapan el acceso al hotel. Las 2.200 plazas de aparcamiento se quedan cortas. Se nota que el coche es el único medio de llegar.La vida nocturna del parque incluye un espectáculo de música y luces en las fuentes cibernéticas, a las 22.00 de los jueves, viernes y sábados. Pero el transporte juega malas pasadas. Tras la sesión, Carlos y Rocío, estudiantes de Informática, se hartaron de esperar el pasado jueves en la parada desierta del autobús. Preguntaron al vigilante que dejaba el paso a la riada de coches que se iba: "¿A que hora pasa el bus?".
-El último, a las 22.30. (El reloj marcaba las 23.20).
-¿Y los que no estamos motorizados?
-Es que casi todo el mundo viene en coche.
La pareja llegó a casa en el vehículo de la periodista.
Ferial
El nuevo recinto ferial Juan Carlos I ha superado ya el centenar de ferias desde que abrió sus puertas, en abril de 1991. Fue la primera pieza del Campo de las Naciones en arrancar. También era el proyecto más veterano. Hace más de diez años Ifema buscaba un lugar para reemplazar a los pabellones de la Casa de Campo, cinco veces más pequeños que el nuevo recinto.El Ferial, que costó 30.000 millones, ha sufrido en este tiempo los inconvenientes del aislamiento. Ifema, según su gerente, Luis Arranz, se gasta al año unos 50 millones en contratar autocares. Desde que comenzó su actividad, los atascos han sido habituales en los días punta.
Arranz espera con ansiedad que la EMT y Renfe acerquen el Ferial a la ciudad. Según su opinión, salvo este inconveniente, el lugar elegido es óptimo. "Me cuesta mucho imaginar otro sitio mejor".
Los recintos feriales tuvieron actividad el pasado año durante 250 días, en los que se celebraron 52 ferias que visitaron dos millones de personas.
Oficinas
La impactante arquitectura de los edificios de oficinas del Campo de las Naciones no se aprecia completa. Grandes carteles -se vende, se alquila- ocultan parte de las fachadas de vidrio de los 88.000 metros cuadrados de despachos. El reclamo es, por ahora, insuficiente. Los coches aparcados en horas de trabajo en la zona pertenecen a los trabajadores que aún rematan las construcciones.Son los únicos inquilinos, y de momento se esperan pocos más. Pero Pedro Gamero, vicepresidente de Vallehermoso (promotor de dos de los siete inmuebles), está tranquilo. Su confianza en la zona y en sus edificios con tecnología punta (5.000 millones ha costado cado uno) es infinita. Sólo se trata de esperar a dos o tres grandes empresas que puedan ocupar gran parte o la totalidad del edifico, y para eso se puede esperar unos meses, considera. Entre 2.000 y 3.000 pesetas el metro cuadrado fija Gamero el alquiler. A cambio, estará "en la gran zona de oficinas de Madrid".
Palacio de Congresos
El Palacio de Congresos, diseñado por Ricardo Bofill y abierto el pasado mes, es uno de los edificios más importantes construidos por el Ayuntamiento de Madrid. Su ejecución ha costado 15.000 millones de pesetas, y tras sus paredes de mármol y cristal se pueden reunir cerca de 10.000 personas. El Palacio es, junto al Ferial, el eje central del Campo de las Naciones.Sin embargo, las 21 salas de reuniones, los dos auditorios o la gran terraza cubierta del palacio van a ser insuficientes para afrontar el gran reto: la celebración del congreso del Fondo Monetario Internacional (FMI), que ocupará en 1994, durante cinco meses, el edificio entero más otro menor, también de Bofill, que se está construyendo al lado para la ocasión.
A diferencia del Ferial, el recinto no se ha construido para sustituir antiguas instalaciones. El nuevo Palacio de Congresos competirá con el del paseo de la Castellana, aunque, según el Ayuntamiento, hay clientes para todos. En 1992, Madrid fue la quinta ciudad del mundo que más congresos internacionales celebró.
Parque sin golf
El parque Juan Carlos I es el primero en extensión de Madrid, casi el doble que el Retiro. Iba a ser una zona forestal, al estilo de la Casa de Campo, pero el Ayuntamiento decidió convertirlo en un parque de diseño moderno, con esculturas de arte contemporáneo, jardines temáticos, láminas de agua, pirámides de tierra, fuentes cibernéticas y mucho acero corten (con aspecto de oxidado), el material de moda. El único elemento clásico es el centenario olivar de la Hinojosa, que se ha respetado casi íntegro. Las rías, lagos y estanques de la zona verde requieren unos 3.000 metros cúbicos diarios de agua, que se obtienen de pozos. El parque ha conseguido resucitar la zona por la noche (cuando se ponen en marcha las fuentes) y los fines de semana.Sus 220 hectáreas deberían completarse con otras 59 destinadas a un campo de golf. Es una concesión privada con precios regulados por el Ayuntamiento. Pero es otra de las, piezas pendientes del Campo de las Naciones. El Ifema reclama parte del terreno del campo (unos cuatro hoyos) y mantiene un contencioso legal que impide el inicio de las obras.
Hoteles
Novotel Campo de las Naciones tiene cuatro estrellas, un mes y medio de vida, 246 habitaciones y muchas esperanzas que se reflejan en el pavimento recién pulido. Esperanzas que vienen de la mano de los visitantes de las ferias y del Palacio de Congresos y de los clientes de toda la cadena. No tanto de los edificios de oficinas vacías, en medio de las cuales vive encastrado.El viernes pasado, había llenado Novotel un 37% de su capacidad, sobre todo con grupos de turistas españoles de paso por Madrid y familias extranjeras que se acogen a una buena oferta: dos niños de hasta 16 años pueden compartir habitación y dormir y desayunar gratis. Sólo durante dos días han colocado el cartel de completo. Su media de ocupación ha sido del 42%.
A Novotel le acompañará en septiembre otro hermano: Sofitel, que será un cuatro estrellas (aunque estaba previsto que tuviera cinco) y que sumará 180 habitaciones más. Los hoteles sufren la cruz de toda la zona: empleados y clientes notan la falta de autobús y metro. Después del verano el hotel organizará un servicio de microbús hasta el centro.
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