Francia conmemora por primera vez el aniversario de la gran redada de judíos

Francia conmemoró ayer, por primera vez de modo oficial, el aniversario de la redada del Vel d'Hív, la siniestra operación desarrollada el 16 de julio de 1942 en la que la policía francesa detuvo a 13.000 judíos parisienses y los entregó a los ocupantes alemanes. La consagración de esta jornada a la lucha contra el racismo, el antisemitismo y la xenofobia había sido decidida por François Mitterrand. El pasado 14 de Julio, el presidente reconoció su inquietud por el actual ascenso 66en varios países europeos, incluida Francia" de las posiciones ultraderechistas.

La memoria de las atrocidades desencadenadas por el fascimo en los años treinta y cuarenta es, según Mitterrand, el principal baluarte que oponer al actual resurgir del ultraderechismo. Un resurgir que, en Francia, como en otros países europeos, adopta múltiples formas, entre otras el llamado nacionalbolchevismo, extraña alianza de extremistas de derecha y de izquierda en la denuncia del cosmpolitismo.El nacionalbolchevismo no es un fenómeno estrictamente ruso o serbio. En los últimos años, un grupo de periodistas y escritores franceses procedentes de la extrema derecha y del Partido Comunista se han esforzado por buscar un terreno común de entendimiento. Y lo han encontrado en el odio a la socialdemocracia, la hegemonía norteamericana, la filosofia del consenso político y el multiculturalismo.

El escándalo despertado por esta extraña alianza ha llevado a una cuarentena de intelectuales a difundir una Llamada a la vigilancia. El texto, firmado, entre otros, por Pierre Bourdieu, Jacques Derrida, Umberto Eco, Léon Poliakov, Rossana Rosanda y Paul Virilio, pretende encender "una señal de alarma" contra "la estrategia de legimitización de la extrema derecha".

Operación de seducción

Las corrientes antidemocráticas ya no se ocultan con vergüenza, según los autores del manifiesto. Por el contrario, se exhiben a plena luz del día e intentan "una amplia operación de seducción de personalidades democráticas". Esa operación está basada en un discurso que pone el acento en "el fin de las ideologías, la desaparición de toda diferencia política entre la izquierda y la derecha y la presunta renovación de las ideas de nación e identidad cultural".

Los ideólogos del nacionalbolchevismo explotan, según los firmantes del manifiesto, "la última tesis de moda, la denuncia del antirracismo como caduco y peligroso".

Tras haber sido uno de los grandes motores de la movilización popular en los años ochenta, el antirracismo está actualmente de capa caída en Francia. La izquierda parece haber abandonado ese caballo de batalla.

Eso explica, entre otras razones, el por qué las severas medidas de lucha contra la inmigración adoptadas por el ministro del Interior, Charles Pasqua, han sorprendido a SOS Racismo y organizaciones semejantes en una situación de debilidad y aislamiento político.

En el acto oficial que ayer conmemoró la redada del Vel D'Hiv, Edouard Balladur, afirmó que su Gobierno "asumirá con vigor sus responsabilidades en la lucha contra las acciones racistas y antisemitas". El primer ministro hablaba delante de un millar de representantes de las comunidades judía, musulmana y gitana.