Amnistía Internacional se fijará como objetivo tratar de evitar atentados

Amnistía Internacional (Al), que trabaja tradicionalmente en la investigación y condena de las violaciones de los derechos humanos por parte de los gobiernos ' en todo el mundo, estudia introducir entre sus objetivos el de tratar de evitar atentados y secuestros terroristas, según dijo ayer el presidente de la sección española de la organización, Manuel Corroza, quien presentó el informe anual de la misma.

Corroza explicó que la reforma prevé trabajar no sólo sobre las actuaciones de los gobiernos, sino también sobre las de los "grupos armados de oposición" como ETA, y, aunque no es su propósito mediar entre unos y otros, tratará de evitar atentados "caso a caso". El secretario de Amnistía Internacional para el País Vasco y Navarra, Fernando Armendáriz, quien presentó simultáneamente el informe en Vitoria, condenó el secuestro del ingeniero guipuzcoano Julio Iglesias Zamora y señaló que rechaza también rotundamente los atentados etarras.El informe de Al, que se difundió el pasado martes en Londres, cita en el capítulo referido a España las "denuncias de torturas y malos tratos" presentadas por algunos detenidos por las Fuerzas de Seguridad. La asociación denuncia que los acusados de terrorismo pueden permanecer detenidos durante cinco días y no pueden elegir su abogado. También critica que los agentes acusados permanezcan en activo hasta que los tribunales dictan sentencia firme, en contra de lo que pidió en septiembre pasado el Defensor del Pueblo.

El informe se refiere expresamente a la detención de casi medio centenar de personas en una redada contra ETA en Vizcaya, muchas de las cuales denunciaron malos tratos. Interior sostiene, por el contrario, que los miembros de ETA tienen la consigna de denunciar que son torturados cuando se les detiene.

AI considera presos de conciencia "a los reclutas encarcelados por negarse, por motivos de conciencia, a continuar el servicio militar". El informe cita a José Antonio Escalada y Manuel Blázquez, encarcelados tres meses tras desertar de la Armada cuando estalló la guerra del Golfo.