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Comienza la convocatoria a las esencias del rock

Chris Issak, George Benson, Neil Young y Sting abrieron el 'Concierto de los mil años

A los sones del Good vibrations, apareció en el escenario del estadio Riazor, de La Coruña, Chris Issak, puntual como un clavo. Eran las ocho de la tarde y comenzaba la primera jornada del Concierto de los mil añosante 20.000 personas, un casi Heno con el público más diverso. Entre el traje de lamé gris, la canción de Beach Boys, el sol y la poca gente, aquello parecía un pic-nic. Isaak, el más joven de los participantes, parece querer fijar su adolescencia con una música que Hega directamente de los cincuenta. De Elvis Presley y de los cantantes blancos posteriores. En su presentación en España, recorrió todos los estilos de aquella década dorada y al final hizo subir al escenario a decenas de zangolotinas -en gallego, bollitos-.

A George Benson le avisaron el pasado miércoles que ayer actuaba en La Coruña en sustitución de Gary Moore. Benson, grabó su primer disco en 1964 reflejando en su guitarra la de Wes Montgomery. Es decir, jazz-jazz. Pero el éxito le llegó en 1976 cuando Breezin' se convirtió en arquetipo de jazz-pop. En esta línea, Benson ofreció uno de sus típicos recitales, adaptables a Las Vegas y a Riazor, aunque, como sabe lo que es una guitarra, cuando pone las manos en el mástil apaga y vámonos.Recordó a Montgomery tocando en octavas, recreó su On Broadway y calentó al público que casi llenaba el estadio. Al anochecer y ante 20.000 personas, apareció Neil Young. Cuando Neil Young viajó desde su Canadá natal a la Costa Oeste norteamericana para formar Buffalo Springfield en 1966, quizá no se imaginaba que, 27 años más tarde, llegaría a La Coruña para hacer un bolo con algunos de los músicos de su generación que entonces ya eran maestros: el teclista Booker T. Jones, el guitarrista Steve Crooper y el bajista Donald Duck Dunn.

Es decir, la base que acompañó todo el soul de los setenta. Para completar este cheque en blanco, un aliado californiano: el batería Jim KeItner. Con estos pesos pesados, Young apareció con su uniforme habitual: camiseta Harley Davison, vaqueros que despreciaría un mendigo y zapatillas de deportes No tardó mucho en recordar viejos tiempos con Southern men y una emocionante y tirada versión de Helpless. Neil Young basó su actuación, como es habitual, en la tensión, en la fuerza. Apenas nada de ese regusto acústico de su reciente Harvest moon, aunque casi al final de su actuación recordó con la guitarra acústica esta canción y después otra gran versión de The damage done.

Al cierre de esta edición, el cantante británico Sting -que llegó preparado para trabajar a destajo- no había pisado el escenario del estadio Riazor, aunque Neil Young, el canadiense errante, ya había lanzado el Concierto de los mil años.

612 años de historia

No parece fácil reunir en un festival 12 músicos que sumen 612 años. Más de medio siglo de media. George Benson tiene 50 años; Nefl Young, 47, Sting, 41; Ray Davies, 48; sus Kinks y Bob Dylan, 52; Robert Plant, 44; John Mayall, 49; Eric Burdon, 52; Jerry Lee Lewis, 57; Bo Diddley, 64; Wilson Pickett, 52, y Chuck Berry, 61. Estamos hablando de historia viva de una música que nació hace 40 años. Hablamos de rock and roll y sus derivados.Jerry Lee Lewis, Chuck Berry y Bo Diddley tienen mucha culpa en esta historia. A mediados de los cincuenta, los tres, y algunos más, crearon el embrión de una música que nació en Estados Unidos como síntesis de estilos blancos y negros, y que pronto influyó a jóvenes cantautores que, como Bob Dylan, tomaron el relevo de músicos sindicalistas y comprometidos. También el rock influyó en la costa opuesta, la Oeste, con Neil Young como punta de lanza de un nuevo movimiento musical más adolescente pero igualmente renovador.

La nueva música norteamericana pasó rápidamente el charco y cantantes como John Mayall y Eric Burdon y sus Anímals adoptaron el lado negro, mientras Ray Davies y sus Kinks prefirieron blanquearlo algo más. Era el nuevo renacimiento de las raíces con el soul como punta de lanza y Wilson Pickett en el papel de uno de sus reyes.

El soul bebía del blues como algunos grupos precursores del heavy; entre ellos, Led Zeppelin, con la voz de Robert Plant. Del mundo del jazz, que es la sofisticación extrema del blues, es un experto George Benson, que ha vivido todas sus etapas desde los años setenta, mientras Sting busca en estos músicos de jazz las raíces para dar sentido a sus canciones pop. Y para colmo, el benjamín del festival, Chris Isaack, parece empeñado en demostrar que los rockeros blaricos de los cincuenta no han muerto.

Todos están en el concierto de los mil años, aunque sumen 612. Simplemente, historia viva del rock and roll.

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