Nuevos datos abonan la teoría de una vida primitiva basada en el ARN
El congreso de Barcelona aborda otro enfoque de los orígenes
El Congreso Internacional sobre el Origen de la Vida se sumergió ayer en el denominado mundo del ARN. Varios investigadores aportaron datos que corroboran la posibilidad de que con anterioridad a las formas de vida actuales, sehubiera desarrollado una fase basada en las moléculas de ácido ribonucleico (ARN). "Estamos en camino de hacer razonable el mundo del ARN", comentó el norteamericano Jack Szostak, cuyas investigaciones calificó de "paso crítico entre la no vida y la vida".
Szostak ha logrado mejoras sustanciales de las capacidades de las ribozimas, unas moléculas de ARN halladas en 1981 por Thomas Cech que tienen propiedades catalíticas, una cualidad hasta aquel momento atribuida solamente al tipo de proteínas denominadas enzimas. Fue aquel hallazgo el que permitió empezar a hablar de un vida primitiva de ARN, porque a la capacidad conocida de esas moléculas -servir de molde a copias de sí mismas- se sumaba la de catalizar (acelerar las reacciones químicas).En las células realmente existentes se da una división fundamental del trabajo: las moléculas de ácido desoxirribonucleico (ADN) son las portadoras de los códigos que, con ayuda del ARN y otros instrumentos celulares, se traducen en proteínas. Lo que pasa es que algunas de esas proteínas, los enzimas, son absolutamente imprescindibles para que pueda realizarse esa traducción. El ADN por sí mismo no puede traducirse, pero los enzimas no pueden existir sin ADN, lo que hace inevitable la presencia de ambos. Como los dos son tipos de moléculas extremadamente complejas, no es posible atribuir el origen de la vida a la aparición espontánea de un sistema tan complicado. De ahí que el descubrimiento de las ribozimas fuera acogida con entusiasmo por los investigadores que tratan de desentrañar el origen de la vida.
Pero la capacidad catalílita de las primeras ribozimas era escasa. Y es en este punto donde cobran relevancia investigaciones como las de Szostack, que en una de sus líneas de trabajo ha creado un método que le ha permitido seleccionar una ribozima entre 1.000 billones posibles con una capacidad de catalización comparable a la de las enzimas: acelera en siete millones de veces una reacción.
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