El Festival de Almagro se abre con la inauguración de un nuevo teatro
El antiguo hospital de San Juan, ha dejado de ser una bodega para convertirse en un nuevo espacio escénico del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, que en su 16º edición, inaugurada ayer, cuenta con 68 millones de pesetas de presupuesto. Los arquitectos han contado con la asesoría de los expertos Carlos Cytrynowski y Adolfo Marsillach, para que el nuevo local responda a todas las necesidades escénicas.El nuevo teatro, junto a una gran fiesta callejera, tres estrenos escénicos, la inauguración de una exposición en el Museo Nacional de Teatro, y la presentación de inventarios, catálogos y legados de dicho museo, han marcado el inicio de esta muestra, en la que año tras año se intenta dejar claro que Calderón, Cervantes, Lope, Shakespeare, Molière o Goldoni están más vivos que nuestros dramaturgos contemporáneos.
Como inicio del festival, se produjo el encuentro de los responsables con la prensa. Allí, Adolfo Marsillach, declaró: "Me he levantado esta mañana pensando, lo que no ocurre con frecuencia, qué iba a decir aquí y no se me ocurre nada". Sólo transcurrieron unos segundos, y terminó lanzando un breve y provocador discurso en el que invitó a que no se vea la situación del teatro desde una óptica negativa: "A veces somos los profesionales del teatro los que contribuimos a dar esa imagen".
Acompañado de Juan Pedro de Aguilar, director de la muestra, y de Andrés Peláez, director del Centro Dramático Teatral y del Museo Nacional de Teatro, Marsillach respondió a aquellos que afirman que este festival internacional debe quedar en manos de administraciones locales para evitar "los vicios de Madrid": "En mi etapa en el ministerio, vicios he visto pocos, lamentablemente; me hubiera gustado que aquello fuera Sodoma y Gomorra, pero no fue así. En cualquier caso, el teatro clásico, su origen, sentido y esencia, son patrimonio estatal".
Exposición
Todos destacaron la exposición La música en el teatro en el siglo XIX, así como la presentación del inventario de los fondos del Museo Nacional del Teatro, el catálogo provisional del archivo del Teatro Real, y el legado Juan María Bourio de danza española. Estos últimos fondos han sido cedidos hace escasos días al Museo Nacional del Teatro por el director del centro de danza Amor de Dios, desaparecido recientemente.Tras los estrenos de ayer de La gran sultana, de Cervantes, dirigida por Marsillach; El alcalde de Zalamea, por la compañía de Paco Portes, y Amar después de la muerte, por el Teatro Corsario (ambas de Calderón), hoy se presentará Otelo, de Shakespeare, por la compañía Espacio Abierto, de Eusebio Lázaro. La próxima semana continuará el desfile de compañías que montan clásicos, hasta un total de 18, que ofrecerán sus representaciones hasta el 25 de julio.
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