_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vicepresidente , ¿y consejero delegado?

La historia de los ministros de Economía bajo los Gobiernos de Felipe González ha sido la crónica de la lucha por una vicepresidencia. Miguel Boyer y Carlos Solchaga, respectivamente, se vieron necesitados de poder político para disciplinar a los ministros que torpedeaban, desde sus respectivas carteras, la eficacia de la política económica. En ambos casos se trataba de obtener una vicepresidencia segunda, ya que Alfonso Guerra era vicepresidente del Gobierno. Boyer no lo consiguió y dio el portazo, mientras que Solchaga se mantuvo firme al pie del cañón, sin lograrlo, aun cuando a primeros de 1991 Guerra abandonó la vicepresidencia y, lo que es más, fue reemplazado por Narcís Serra. Si desde Economía y Hacienda ninguno de los superministros pudo llegar a la meta, ¿podría darse el caso inverso, esto es, llegar a reunir ambos cargos, o lisa y llanamente el control del área económica, desde la vicepresidencia? La mayoría de los ministros en funciones apuestan a que Narcís Serra será vicepresidente y controlará los ministerios económicos en el nuevo Gobierno. Para evocar una figura empresarial, Serra sería vicepresidente y consejero delegado.¿Existe algún triunfo en manos de Serra para apoyar la citada apuesta? Hay uno cuya importancia está por ver: el estilo de Felipe González. El líder socialista ya ha situado a Carlos Solchaga al frente del grupo parlamentario para imponer el nuevo principio de verticalidad por el que los diputados socialistas deberán subordinarse al futuro Gobierno y le entronizará en la ejecutiva del PSOE para dar representación oficial al representante conspicuo del ala derecha, que hasta ahora era un paria alejado de los órganos del partido. En el reparto de fragmentos de poder, queda pendiente, pues, el futuro de Narcís Serra, cuenta habida de que Javier Solana permanecerá, según testimonios fieles, en Asuntos Exteriores. En este razonamiento, Serra se encontraría, pues, en el nuevo Gobierno con la vicepresidencia. Pero, se asegura, esta vez tendría poderes ejecutivos. Vamos, que Serra pasaría de una vicepresidencia oyente -o, si se prefiere, fontanera- a otra ejecutiva.

Las posibilidades teóricas para cubrir la sucesión de Solchaga en Economía y Hacienda pasan por la elección de un hombre de su línea-entorno, o por otorgar a Narcís Serra el poder para ejercer directamente esa sucesión (vicepresidente y ministro de Economía y Hacienda), o decidir una nueva estructura gubernamental, con una vicepresidencia de asuntos económicos (Serra) controlando bien sea al nuevo ministro de Economía y Hacienda o a dos ministros, uno de Hacienda (candidato: José Borrell) y otro de Economía (candidato: Pedro Solbes) al que se añadirían otras atribuciones. La primera hipótesis de sucesión supondría situar a un hombre que sería relacionado con Boyer o con Solchaga (véanse los casos Joaquín Almunia, Miguel Ángel Fernández Ordoñez y Óscar Fanjul), lo que después de nombrar al navarro como presidente del grupo parlamentario implicaría un desequilibrio notable de la balanza del poder. La segunda hipótesis es compensar los nuevos poderes de Solchaga con la vicepresidencia ejecutiva para Narcís Serra. Entre ambas alternativas cabe otra: que Serra sea vicepresidente con poderes ejecutivos (presidencia de la comisión delegada de asuntos económicos, aparte de la de subsecretarios) y acepte el hombre que proponga Felipe González para ser ministro de Economía y Hacienda.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_