Irak no quiere entorpecer un acuerdo para la exportación de crudo
Bagdad trata de impedir a toda costa una nueva escalada militar
Por una de esas extrañas coincidencias de intereses entre enemigos, Estados Unidos e Irak parecían ayer inclinados a cerrar discretamente el más reciente episodio de su mutua e irreconciliable hostilidad. En Washington y Bagdad había señales de que ningún lado quiere empujar la situación al arriesgado terreno de las definiciones finales.El primer boletín de Radio Bagdad dio ayer por la mañana la pauta de que el régimen iraquí va a tratar de evitar un nuevo enfrentamiento con Estados Unidos. En el mejor estilo occidental, la emisora difundió los resultados de una encuesta. El sondeo, como todo en Irak, manejado por el aparato oficial, dijo que el 50% de los iraquíes considera que la mejor manera de resistir los embates de Estados Unidos era la de "mantener la firmeza de la resistencia". En otras palabras, los llamamientos a una venganza han caído en saco roto.
La próxima semana es clave para los iraquíes. Bagdad necesita acordar los términos bajo los que se le permitirá vender petróleo a fin de contrarrestar los estragos económicos del embargo internacional, una cuarentena impuesta por los vencedores de la guerra del Golfo, que organismos humanitarios señalan como la principal causa de un pavoroso aumento de la mortandad infantil.
Los primeros contactos para conseguir autorización de la ONU se establecieron en Ginebra la semana pasada. El secretario general de la ONU, Butros Gali, escuchó los argumentos de Tareq Aziz, el viceprimer ministro iraquí, contra las resoluciones 706 y 712, que someten la recuperación. iraquí a las decisiones de la posguerra.
Las dos resoluciones autorizan a Irak a vender petróleo por un valor de 1.600 millones de dólares, de los cuales el 30% deberá ir a financiar operaciones humanitarias de las Naciones Unidas. Irak se resiste a vender bajo esas restricciones. La próxima ronda de contactos entre Irak y la ONU se inicia el 7 de. julio en Nueva York y Butros Gali ya ha dicho que los últimos disparos en el Golfo no van a afectar ni al calendario ni al contenido de la misma.
Por otra parte, fuentes próximas a los inpectores de la ONU en Bagdad, se mostraron optimistas ante un rápida solución en la llamada crisis de las cámaras, que les enfrenta con el régimen. Las Naciones Unidas pretenden, amparadas en las resoluciones del Consejo, instalar cámaras de video en las fábricas militares de Irak, a lo que se opone frontalmente Bagdad.
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