González comunica a los delegados de IU que puede cambiar la ley de huelga

Felipe González expresó ayer a una delegación de Izquierda Unida Iniciativa per Catalunya (IU-1C) que planteará a los sindicatos la posibilidad de introducir "matices" en la ley de huelga si ésta es rechazada en el Senado por Convergéncia i Unió. González expuso a sus interlocutores que el PSOE presentará y defenderá el texto que se acordó en la anterior legislatura con las centrales. Pero apuntó que deberá tener en cuenta la posición de CiU si pacta con esta fuerza y negociar con los sindicatos si los nacionalistas se oponen a dicha norma en la Cámara alta

.El presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, expresó, según diferentes fuentes de IU al tanto de las conversaciones, que veía dificultades para que la ley de huelga pueda ser aprobada ahora por el Senado, donde el PSOE ha perdido la mayoría absoluta y necesitaría los votos de CiU. La formación nacionalista catalana se opuso frontalmente en la pasada legislatura al texto consensuado por el PSOE y los sindicatos, y apoyado por IU. La tramitación del texto se interrumpió por la convocatoria anticipada de elecciones, poco antes de que fuera definitivamente aprobado por el Congreso, con lo que ahora debe tramitarse de nuevo.

González ligó el hecho a toda su apuesta por la gobernabilidad de España en la que CiU tiene un papel fundamental, según las fuentes informantes. Tanto UGT como CC OO han hecho del mantenimiento sin cambios de la ley pactada una cuestión básica para sentarse a hablar de un acuerdo social.

González habló dos horas y media en La Moncloa con tres diputados de IU-lC: Francisco Frutos, con quien el presidente ya había mantenido una reunión anterior; Rosa Aguilar y Rafael Ribó, presidente de Iniciativa. Por parte socialista, acompañaron a González el responsable de asuntos económicos del PSOE, Francisco Fernández Marugán, y el ministro de Trabajo en funciones, Luis Martínez Noval.

Apuesta por los nacionalistas

Los dirigentes de IU-IC, aunque siguen de manera formal abiertos a un acuerdo, tienen claro que González ha optado de forma definitiva por los nacionalistas vascos y catalanes para garantizar una estabilidad política y económica en cuyo diseño IU no entra. Frutos y Ribó opinan que tal estabilidad resume aspectos de los programas de CiU y el PSOE y que en esa apuesta tienen mucho que ver las presiones de los "poderes fácticos" económicos y empresariales.

"A nosotros ya no se nos puede pedir más responsabilidad", consideró ayer Frutos, quien rechazó de manera tajante entrar a formar parte de un pacto con el PSOE y el PNV a la vez.

Durante la entrevista en La Moncloa, según fuentes de IU, el presidente indicó que hablar de giros a la derecha o la izquierda es filosofía, y que lo importante son las cuestiones concretas.

A lo que apostilló que un pacto del PSOE sólo con IU derivaría en un inmediato bloqueo parlamentario, al no asegurar a los socialistas la mayoría en el Senado.

La delegación de IU-1C desligó toda la discusión del voto de sus 18 diputados en la próxima sesión de investidura -lo que está pendiente de la decisión final el lunes de sus órganos directivos-, pero dejó meridiano que González puede despedirse de su apoyo. "Veo absolutamente difícil, casi imposible" votar afirmativamente a González, declaró a los periodistas Francisco Frutos por la mañana. Horas después era más claro: "El cuerpo me pide votar en contra". Otro diputado de IU, Felipe Alcaraz, se mostró también ayer partidario de votar no.

Durante la entrevista, González entregó a la delegación de IUIC un guión de ternas sobre los que este grupo y los socialistas pueden discutir tras la investidura acuerdos concretos. Este listado abarca -en tres fólios- desole el programa de convergencia o un pacto por el empleo a la política autonómica o la construcción europea. Fuentes al tanto de las conversaciones creen que si González logra la investidura por mayoría absoluta con el apoyo nacionalista, tales mesas conjuntas, con IU pierden todo valor. La ejecutiva de IU recibió por la tarde información de lo tratado en La Moncloa, en una reunión a la que no fue ninguno de los nueve miembros de ese órgano pertenecientes al sector renovador.

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