Los sindicatos y la patronal reabren su enfrentamiento a causa de la ley de huelga
Los sindicatos recordaron ayer en Santander al presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, y al nuevo portavoz del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Carlos Solchaga, que deberán "tramitar y defender el proyecto de ley de huelga" en los términos en que fue pactado con los sindicatos. Tanto el secretario general de CC OO, Antonio Gutiérrez, como el secretario confederal de UGT, José María Zufiaur, coincidieron en que la ruptura del compromiso sobre la ley de huelga imposibilitaría el pacto social. En el extremo opuesto, los representantes de CEOE y del Círculo de Empresarios solicitaron "olvidar" el proyecto paralizado por la disolución de las Cámaras.
La polémica en tomo al proyecto de ley de huelga se produjo en el seminario organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica en la Universidad Internacional Meriéndez Pelayo bajo el título Comergencia y empleo. Al mismo asistieron, además de Antonio Gutiérrez y José María Zufiaur, el secretario general de Empleo, Jesús Arango, el director de relaciones laborales de la CEIDE, Fabián Márquez, y el presidente del Círculo de Empresarios, Carlos Espinosa de los Monteros.A tenor de las posiciones que mantuvieron en sus intervenciones los representantes de las partes, que presumiblemente deberán negociar un pacto social, la concertación se presenta harto complicada. Si los sindicatos defienden a capa y espada la ley de huelga, los empresarios piden su retirada. Mientras para la C EOE y el Círculo de Empresarios el primer problema de la economía es el déficit público, para las centrales "sería contraproducente" aplicar una política de ajuste. Si los sindicatos creen que la evolución salarial ha sido moderada, los empresarios consideran que ha sido un obstáculo que ha impedido la. mejora de la competitividad. Por parte de la CEOE, Fabián Márquez adelantó que si finalmente no se produce un acuerdo, la patronal pedirá al Gobierno que aplique las medidas contenidas en el plan de convergencia.
Las diferencias sobre la ley de huelga fueron, sin embargo, las más evidentes y enconadas. El representante de la CEOE la calificó de "bodrio", "mal proyecto" y generadora de inseguridad jurídica. Por su parte, Espinosa de los Monteros recomendó su olvido "porque no aporta nada a la creación de empleo y genera pánico en determinados ámbitos empresariales".
Frente a la opinión empresarial, Gutiérrez, apoyado en todo momento por el secretario confederal de UGT, aseguró que "el nuevo grupo [parlamentario socialista] deberá tramitar y defender el proyecto, y no simplemente cubrir los trámites y desnaturalizarlo". Para ambos, si no se respeta el acuerdo sobre la ley de huelga, el pacto social será difícil.
Las cuatro 'des' del pacto
El proyecto de ley no es sin embargo la única "posición previa", no condición, según matizó Gutiérrez, que plantean las centrales a la hora de negociar el pacto. No se firmará nada, dijeron, que suponga retrocesos sociales y aumento de indefensión de los trabajadores. Gutiérrez condensó en cuatro des los conceptos que no serían aceptados por las centrales en ningún caso: despidos más baratos; depreciación de salarios; desproteción de activos y de pasivos y desregulación del mercado laboral.Los encontronazos continuados entre sindicalistas y empresarios no se reprodujeron, sin embargo, con el alto cargo de Trabajo, Jesús Arango. El secretario general de Empleo, que dijo hablar a título personal, aseguró que la flexibilidad laboral "no es la panacea para remediar el problema del desempleo" y, si bien reconoció que los salarios son parte fundamental de los costes empresariales, estimó que el verdadero freno a la competitividad reside en la falta de competencia que se da en el mercado de servicios. En este sentido, se mostró partidario de una reforma de los colegios profesionales.
[El presidente del Consejo Económico y Social (CES), Federico Durán, afirmaba mientras tanto en Madrid que se pueden producir cambios en el proyecto de ley de huelga. Dado que se debe iniciar un nuevo trámite, considera "muy dificil que el producto final sea exactamente el mismo". Según Durán, no será determinante para el diálogo social la modificación de "una coma" en el texto pactado con los sindicatos y cree que se debe hacer un esfuerzo para lograr el mayor grado de aceptación posible de centrales y empresarios.]
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