El 40% del plasma se usa de forma incorrecta en los hospitales españoles

Un estudio efectuado en 70 hospitales españoles ha revelado que aproximadamente un 40% del plasma fresco congelado que se gasta es utilizado de forma incorrecta. Este uso inadecuado del plasma de las donaciones de sangre impide la obtención de hemoderivados purificados y somete a los pacientes a un riesgo innecesario: a pesar de los estrictos controles a que es sometida la sangre, las técnicas disponibles no permiten eliminar totalmente el peligro de contagio de enfermedades como el sida o la hepatitis B y C.

Para evitar la prescripción incorrecta del plasma, 36 especialistas han elaborado un protocolo de consenso que establece en qué patologías está indicado y en cuáles no. A diferencia de lo que ocurre con los medicamentos, el uso de la sangre como elemento terapéutico no ha contado con estudios clínicos que establecieran qué procedimientos eran los más adecuados para cada patología.Mientras algunos hospitales trasfunden un volumen de plasma equivalente apenas a un 10% de los hematíes que utilizan para transfusiones, otros llegan a transfundir tanto plasma como hematíes, lo cual indica que muchos facultativos recurren al plasma innecesariamente cuando existen otras alternativas seguras y eficaces.

Para corregir este uso indebido, el Ministerio de Sanidad convocó una conferencia de consenso que estuvo presidida por Miquel Rutllant, jefe del Departamento de Hematología del hospital de Sant Pau de Barcelona. En la conferencia han participado más de 250 médicos de distintas especialidades y los 36 responsables de los distintos grupos de trabajo han elaborado un protocolo final en el que se detallan los criterios de aplicación del plasma.

"En algunos hospitales es todavía práctica rutinaria administrar plasma como complemento tras una operación importante, o para satisfacer necesidades nutricionales puntuales que podrían ser fácilmente corregidas por otros procedimientos" afirma Rutllant. "Con este uso indebido en indicaciones no establecidas e incluso en algunas patologías en las que no es el tratamiento correcto, se pierde la oportunidad de fraccionarlo para obtener hemoderivados seguros y se somete a los pacientes tratados a un riesgo innecesario", afirma Miquel Rutllant.

Aunque todas las donaciones son sometidas a control mediante pruebas de detección de los virus del sida y de las hepatitis B y C, las técnicas disponibles no consiguen eliminar totalmente el riesgo de contagio. Un estudio dirigido por Rafael Esteban, hematólogo de la ciudad sanitaria de Vall d'Hebrón, revela que el control de las donaciones ha reducido espectacularmente la incidencia de hepatitis postransfusionales, que era del 10% aunque aún queda un 0,7% de contagios.

Si a ello le añadimos el riesgo, aunque sea mínimo, de que el virus del sida haya pasado desapercibido en las pruebas de control, cabe concluir que aproximadamente una de cada cien personas sometidas a tratamiento con plasma puede resultar infectada por hepatitis o sida. El fraccionamiento, en cambio, permite tratar el plasma y obtener hemoderivados purificados seguros para el paciente.

El protocolo emitido por la conferencia de consenso aconseja dos medidas que Miquel Rutllant considera esenciales: la formación de comisiones de seguimiento y coordinación en cada hospital, para asegurar que el plasma se utiliza únicamente en los casos en que está indicado, y la explicación detallada, tanto al paciente como al médico, de los riesgos de infección que su uso conlleva. A partir de ahora, cualquier medico que no cumpliera con el protocolo podría ser requerido ante los tribunales por las posibles secuelas.