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LA NUEVA LEGISLATURA

Pujol rechaza formar Gobierno con González

El dirigente de CiU dice que no apoyará la investidura del líder socialista si no hay cesión del 15% del IRPF

Felipe González está cada vez más abocado a formar un Gobierno monocolor. El líder de Convergéncia i Unió (CiU), Jordi Pujol, echó ayer varios jarros de agua fría sobre los planes de formar un Gobierno de coalición. En la segunda entrevista entre los dos mandatarios, el político catalán sólo se avino a formar una comisión mixta que estudie los dos programas ante la propuesta del líder socialista de alcanzar acuerdos en cuatro áreas: economía, autonomías, impulso democrático y construcción europea. Ni siquiera está asegurado que CiU vote la investidura de González. "Si no hay cesión del 15% del IRPF para Cataluña, tendremos que votar en contra de su investidura", dijo Pujol, tajante, para añadir que incluso rechaza un pacto de legislatura.

El duro tono de Pujol ante la prensa no se correspondió, según fuentes socialistas, con el ambiente de la entrevista, en la que se mostró más distendido, aunque sin llegar a explicar o concretar las razones de su negativa al Gobierno de coalición.En línea con las pretensiones de González, éste inició el encuentro ofreciendo la posibilidad de negociar acuerdos programáticos para conseguir un Gobierno de coalición. Pujol rechazó inmediatamente la propuesta, pero el jefe del Gobierno en funciones insistió en la necesidad de ponerse de acuerdo en cuatro puntos básicos para formar el Gobierno de coalición a partir de ese pacto. Esos cuatro puntos son los siguientes:

> Política Económica: El acuerdo estaría basado en estos tres aspectos: convergencia con Europa, consecución del diálogo social y Presupuestos Generales para 1994.

> Política Autonómica: González acepta negociar la corresponsabilidad fiscal y admite que con el tiempo podrá concretarse la cesión del 15% del IRPF a las autonomías, En este capítulo, el líder socialista citó también la ley de bases de Régimen Local.

> Impulso democrático: Este punto incluye la anunciada Ley de Partidos, la modificación del Reglamento del Congreso, la regulación de la financiación de los partidos...

> Construcción europea: Impulso de la unión europea.

González y Pujol volverán a ponerse en contacto el próximo lunes para fijar la composición de la comisión mixta que analizará estas cuestiones. Pese a las palabras de ayer de Pujol, González no da por cerrada la negociación con los nacionalistas catalanes, aunque el líder socialista empieza a plantearse ya otras hipótesis. En las próximas horas, llamará a Julio Anguita para mantener otra entrevista con algún representante de Izquierda Unida y, por otro lado, cuenta con el apoyo del PNV para toda la legislatura.

Al salir de La Moncloa, Pujol dejó claro ante los periodistas que no desea apoyar de manera estable al PSOE, aunque seguirá aportando sus votos en favor de la gobernabilidad de España. Después de más de dos horas de conversación con González, el político catalán señaló que resultaba muy precipitado hablar de Gobierno de coalición, ya que lo primero que quería saber era si el PSOE aceptaba el programa de CiU. González le comentó que esa posición se le antojaba "maximalista" y le pidió crear la comisión mixta. Pujol aceptó, pero puntualizó: "La aceptación de este estudio no indica condicionamiento de futuro", precisó Pujol.

El dirigente catalán aseguró que no tiene prisa alguna y que las fechas ya en ciernes en torno a la investidura -prevista para el 6 y 7 de julio- y la posterior formación del Gobierno no le obligaban a tomar decisiones rápidas. De sus palabras se desprendió que no quiere formar parte de un Gobierno de coalición de manera inmediata -"quede claro que aceptar una cartera ministerial es hacerles un favor a los socialistas. Una cartera no es ninguna ganga para nosotros"-, ni tampoco está dispuesto a firmar un pacto para cuatro años. "Esto del pacto de legislatura no lo hemos contemplado nunca; eso del pacto de legislatura no existe. Puede existir predisposición y comprensión hacia los problemas y voluntad de ser responsables, como minoría, de garantizar la gobernabilidad para evitar situaciones de bloqueo", explicó Jordi Pujol.

Pero, antes de llegar al tramo de corresponsabilidad legislativa e incluso de la formación de Gobierno, los socialistas tienen que convencer a Pujol para que los 17 diputados de CiU voten a primeros de julio a favor de la investidura de González. "Sin la cesión del 15% del IRPF a Cataluña tendremos que votar en contra", aseveró.

Hay muchas cosas que estudiar para tomar una decisión sobre la investidura, apuntó Pujol. "Si ignora en su discurso, al igual que hizo en la campaña, el tema autonómico, tendremos que votar en contra; también queremos saber cómo se va a abordar la financiación de la sanidad, y las leyes de bases, y otras cuestiones de la Administración. Sin estas cosas no podríamos apoyar la investidura".

En resumen, el calendario de Jordi Pujol es el siguiente: primero, el contenido del discurso de investidura de González; paralelamente, el estudio de su programa y el del PSOE, y después, la Ley de Presupuestos Generales del Estado. "Los presupuestos van a ser una prueba muy importante porque ahí se verá la voluntad política del Gobierno".

Reflexiones poco gratas

Para terminar el capítulo de reflexiones poco gratas para Felipe González, aseguró que su partido no tiene intención alguna de "demonizar" al Partido Popular por "erróneo y antidemocrático". El día anterior, el portavoz de CiU, Miquel Roca, se reunió con el presidente del Partido Popular, José María Aznar, para negociar la composición de las mesas de las cámaras. Después, y por último, arrojó un poco de luz a los socialistas. "Igualmente nos hemos negado a formar un bloque antisocialista, no es nuestro estilo y no lo haríamos nunca a no ser que los socialistas, como han hecho algunas veces, nos pongan contra las cuerdas", dijo.

Su último mensaje fue para toda España. "Resulta ofensivo, y demuestra ignorancia, oír que no nos ocupamos de los problemas de todo el país. Los problemas de la sanidad a los que aludimos lo son en todas las comunidades con esa competencia, como Andalucía o Valencia".

"Somos una fuerza nacionalista catalana"

L. R. A. / A. D. Jordi Pujol fue ayer clarísimo sobre sus señas de identidad políticas y sobre las de Convergéncia i Unió (CiU). No contento con poner el precio de una serie de reivindicaciones autonómicas para que Felipe González pueda obtener su apoyo, quiso dejar claras sus motivaciones con una definición inequívoca: "Somos un partido nacionalista catalán. No un partido liberal".

Pujol quiso dejar claras con esta precisión las distancias entre su partido y los partidos bisagras europeos, como el Partido Liberal Alemán, con el que se le ha comparado en ocasiones, y con intentonas como la que tuvo Miquel Roca para promover un partido que influyera en la política general española.

La definición política del presidente de la Generalitat de Cataluña vino precedida de un comentario que acompañó con un movimiento de cabeza y una sonrisa, haciendo un gesto muy suyo, que, posiblemente, quería expresar condescendencia: "Felipe González me ha reiterado sus puntos de vista sobre la situación económica. Comparto su gran interés. Pero no podemos limitar la actividad política a la política económica".

Pujol, lejos de la ambigüedad que se atribuye a los nacionalistas, dejó claras las prioridades de, su partido. Pero no sólo eso. También quiso evitar desde el primer momento que los periodistas sacaran conclusiones optimistas de su entrevista con Felipe González, como sucedió la pasada semana. "Me presento con gran preocupación. El otro día dijeron que me había presentado risueño. No quiero que saquen demasiadas conclusiones". Pujol ni siquiera quiso abrir una puerta al optimismo.

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