La visita del Papa

Muchos madrileños sentimos una profunda tristeza por la llegada del Papa a Madrid, porque el Papa ha consagrado una catedral fea y costosa que a la mayoría de los madrileños no nos gusta. Hubiéramos preferido que el Santo Padre de Roma llegara a nuestra ciudad a construir viviendas para nuestros jóvenes parados, para los gitanos chabolistas, para tantos que ahora viven tirados en las calles de nuestra gran ciudad.Sinceramente, vemos en estos viajes una propaganda del Estado Vaticano que está fomentando la idolatría. No podemos olvidar que Dios no hay más que uno. No se puede idolatrar al Papa como si fuera Dios.

Nadie puede anular nuestra capacidad de crítica, de pensamiento y de acción; en definitiva, nuestra conciencia.

Desde nuestra profunda fe, pensamos y creemos que el espíritu de Dios sigue vivo, pero no habla por la vida y la palabra del Papa, sino por la vida, la muerte y la palabra escrita de un Hombre-Dios, llamado Jesús de Nazaret, muerto por los poderosos, sumos sacerdotes y reyes de la tierra, por defender los derechos del pueblo de Dios.

En medio de esta idolatría y desde el pueblo, quisiéramos rescatar la palabra.- Madrid.