Rojo urge disciplina en el gasto público

La actual situación de "marasmo" que vive la economía española exige una política económica y monetaria de estabilidad centrada en la reforma negociada del mercado laboral y mayor rigor y austeridad en el gasto público. Ésta es la propuesta del gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, para salir de una "recesión intensa" y la condición necesaria para que bajen los tipos de interés y se resuelva el problema del paro. Sin esta política económica de estabilidad es imposible, según Rojo, mantener "indefinidamente una moneda sin sobresaltos" dentro del Sistema Monetario Europeo. El gobernador señala, además que deben examinarse de forma "rigurosa y pragmática" las condiciones y ritmos de avance hacia la Unión Económica y Monetaria

La relajación de la disciplina presupuestaria y la insuficiente moderación salarial son los problemas más graves de la economía española, según expresó ayer el gobernador del Banco de España en su discurso de presentación de su informe anual ante el Consejo General de la entidad.Estas deficiencias llevarán a la economía española a registrar un crecimiento nulo "o ligeramente negativo" en este año, lo que implicará una continuación en la caída del empleo.

La "recesión intensa" que vive la economía española -compartida con el resto de Europa, pero con rasgos propios- sólo podrá superarse si se afronta la reforma negociada del mercado laboral, la introducción de competencia en los mercados de bienes y servicios y la aplicación de "disciplina y austeridad" en el gasto público "sin recurrir al aumento de impuestos".

No vale, en su opinión, la "autocomplacencia" de achacar a la recesión los problemas generados por el deterioro del déficit público, "cuando éste alcanza volúmenes considerables". La salida no es, según Rojo, "aumentar la presión fiscal" porque ya se han alcanzado los niveles tolerables. El gobernador apostó por la fórmula "rigor, disciplina y eficacia" en la asignación de los recursos públicos.

Rojo detalló, por primera vez, las medidas concretas a adoptar en tres áreas: prestación de servicios, inversión y transferencias a familias y empresas. En el primer aspecto, el gobernador cuestionó si está justificado que determinados servicios sean prestados en exclusiva por el sector público.

Recursos humanos

Asimismo, Rojo propuso una "revisión profunda" de los procedimientos, incentivos y controles de eficiencia en la utilización de los recursos humanos y en la gestión administrativa. Cuestionó también "los costes de eficiencia a corto plazo no desdeñables" que ha conllevado el "considerable" esfuerzo inversor de los últimos años. En este área, añadió, "los criterios de eficiencia" han de imperar sobre cualquier otra consideración a la hora de seleccionar los proyectos, fijar su ritmo de ejecución y ponderar su financiación recurriendo a distintas fuentes.

En las transferencias a familias, Rojo criticó la "confusión" de un sistema de protección social que ha sobrecargado el gasto público y ha generado "problemas de eficiencia y equidad". En su opinión deben definirse mejor las condiciones de acceso a estas ayudas y llevar a cabo un control más riguroso. Atacó después la necesidad de aliviar el "peso muerto" que suponen las transferencias a las empresas públicas a través de una política "urgente, decidida y perseverante". Se pronunció a favor de retirar el apoyo a actividades empresariales que no requieren una gestión pública por razones "estratégicas o de eficiencia".

Las pautas de convergencia con Europa exigen, además, mantener una política monetaria de estabilidad en la doble vertiente interior y cambiaria, en opinión de Luis Ángel Rojo. De aquí que el margen para un posible descenso en los tipos de interés esté condicionado no sólo por lo que ocurra a los mercados europeos sino también "y de modo decisivo", por el comportamiento de la inflación interior de costes y precios y por el grado en que se diseñe una política económica general de estabilidad, centrada en un programa de reducción persistente del déficit público.

Rojo estableció las mismas premisas para definirse sobre el mantenimiento "sin sobresaltos" de la peseta en el Sistema Monetario Europeo. Sin la política de estabilidad económica y monetaria "tarde o temprano los mercados impondrán una depreciación del tipo de cambio como ha ocurrido con la peseta". El Gobernador cuestionó además las posibilidades de "un funcionamiento estable" del SME si no se lleva a cabo "un examen riguroso y pragmático de las condiciones y ritmos de avance hacia la Unión Monetaria".

Por su parte, el presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, confirmó ayer en la cumbre europea de Copenhague que la economía española registrará un crecimiento nulo o negativo en dos o tres décimas este año y reiteró que bajarán los tipos de interés en España.