Con Luigi Nono

El Festival Internacional de Música Contemporánea de la Bienal de Venecia ha rendido en su última edición un homenaje especial a Luigi Nono, con un ciclo de conciertos de algunas de sus obras, en Diálogo con las, de otros compositores significativos en su trayectoria o afines a su estética. Así, Nono se ha programado al lado de los polifonistas venecianos, de Schoenberg o de Maderna, según los días.Tres compositores españoles han participado en las combinaciones: su amigo Francisco Guerrero (Zayin I, II, III, de 1983, 1989 y 1993, con el cuarteto Arditti), Mauricio Sotelo (Nelsuono indicibile a Luigi Nono, de 1990) y Manuel Hidalgo (Quintette, de 1990; Trio Esperando, de 1988-89, y Zwei lieder, de 1990). Nono nació (1924) y murió (1991) en Venecia, pero tuvo siempre a España en la nostalgia como segunda patria, relacionándose continuamente con los nuevos aires de nuestra música de creación. La destacada presencia española se ha visto además intensificada con el encargo de una nueva ópera a Luis de Pablo, ópera que en la segunda representación, con un público más anónimo y menos profesional, tuvo si cabe una acogida aun más entusiasta que en el estreno.

También dos directores de orquesta españoles han subido al podio en este festival. José Ramón Encinar, con la orquesta de la RAI, alternó los interludios de la ópera Eco y Narciso (1992), de Clementi con Caminantes... Ayacucho (1986-87), de Nono. Por su parte, a Arturo Tamayo le correspondió el concierto de clausura, donde después de una aclamada versión de Post-Prae-Ludium per Donau, para tuba y electrónica en vivo con Giancarlo Schiaffini como espléndido solista, se estrenó en Italia 103, una de las últimas obras (1992) de John Cage, para gran orquesta.

Relacionada en cierta medida con Finnengans Wake, de Joyce, libro por el que Cage ha sentido siempre una irresistible atracción, 103 fue dirigida, o más bien indicada, a través de tres monitores de televisión, con el complemento de una película, One 11 and 103, también de 90 minutos, sin temas concretos en las imágenes, mostradas en una gama entre blancos y grises de una estudiada dosificación y limitadas a juegos de intensidad luminosa con aparición de algunas figuras más o menos geométricas. El propio Cage ha recurrido en alguna ocasión al pensamiento de McLuhan sobre la luz como información pura "sin ningún contenido que limite su poder transformador e informativo".

Se llenó hasta el último rincón el teatro de La Fenice de un público receptivo que acogió la monumental propuesta con división de opiniones, aunque con mayor tendencia al aplauso. Coincidiendo con el concierto, un sello discográfico italiano ha sacado a la luz un curioso disco, Caged / Uncaged, con la participación de Lou Reed, David Byrne, Joey Ramone, John Zorn, Elliott Sharp y otros cantantes de rock alternando sus creaciones con piezas de Cage y en recuerdo-homenaje del compositor estadounidense. Además, en la Fundación Peggy Guggenheim se puede contemplar una exposición con trabajos del controvertido e interesante músico desaparecido en 1992.