_
_
_
_

Clamor musulmán contra la política de doble rasero de las Naciones Unidas

J. C. GUMUCIO,Alí Reza Zarif acude puntualmente a la oración de los viernes en la Universidad de Teherán portando una pancarta que resume el sentimiento de muchos iraníes. "¿Hasta cuándo la matanza de nuestros hermanos bosnios?", dice. Nadie, por supuesto, tiene una respuesta, pero Zarif, un ex combatiente de la guerra contra Irak que hoy trabaja en una zapatería, dice que siente vergüenza. "Nada parece capaz de despertar la conciencia del mundo musulmán", se lamenta.El Gobierno iraní piensa lo mismo, pero no lo dice tan abiertamente. Oficialmente, todavía hay esperanzas de ayudar a Bosnia dándole armas. Lo que amarga a musulmanes como Zarif, sin embargo, es la convicción de que la ayuda militar del islam, si es que llega, llegará demasiado tarde.

Impaciencia

El brutal asedio serbio de Gorazde es contemplado por muchos Gobiernos como la gota que podría colmar el vaso. Los países miembros de la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), con sede en Arabia Saudí, están comenzando a ¡mpacientarse. Después de Pakistán y Túnez, Bangladesh presentó esta semana la más reciente oferta de enviar tropas a la Fuerza de Protección de la ONU (Unprofor).

Su materialización es, por supuesto, más que dudosa. Los países islámicos se sienten discriminados y la propia ONU no disimula su sospecha de que el envío de soldados musulmanes sería como arrojar combustible a la hoguera balcánica.

En la OCI nadie se hace ilusiones de que la presión de sus 51 miembros para levantar el embargo de armas vaya a tener impacto alguno. "Los Gobiernos están preocupados porque se les asocie a la indiferencia, internacional frente al drama, de los musulmanes de Bosnia", dice un embajador europeo.

Resulta improbable que países como Irán desafíen el embargo, por las repercusiones que ello tendría en el Consejo de Seguridad. "Si pudiéramos, enviaríamos cantidades ¡limitadas de armas, munición y todo tipo de ayuda al pueblo de llosn¡a", declaró hace dos días el ayatolá Hosein Yanati, la máxima autoridad del comité gubernamental de solidaridad con los musulmanes de la ex Yugoslavia. "Pero por el momento nos lo impide la ley y la comunidad internacional". Recientes informes de Bosnia sugieren que el número de combatientes extranjeros, en su mayoría muyahidin (luchadores) afganos y voluntarios turcos, es cada vez mayor y más visible. Desde que los croatas descubrieran un cargamento de armas iraníes en el aeropuerto de Zagreb en septiembre pasado, Teherán ha suspendido toda ayuda no humanitaria.

El problema no es económico. Arabia Saudí dice que hasta la fecha ha donado 95 millones de dólares (más de 10.000 millones de pesetas) para los refugiados de Bosnia. Kuwait recolecta cerca de 25.000 dólares (casi tres millones de pesetas) cada semana. Jordania recibe refugiados, aunque en número muy limitado. El Gobierno egipcio es muy criticado por no mostrar siquiera el mismo grado de solidaridad que Ammán. Y, en El Cairo, se reclutan voluntarios clandestinamente.

"En las calles del mundo islámico se hacen cada vez más reproches a las autoridades, y éstas comienzan a ver el problema de, Bosnia como una potencial espoleta de conflicto interno", dice un diplomático árabe. "Los Gobiernos tratan de convencer a sus pueblos de que no están de brazos cruzados frente a la tragedia de Bosnia, sino de que tienen las manos atadas", agrega.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_