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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Lobos

Vivo en Castro del Condado, un pueblo pequeño a 25 kilómetros de León. Compagino mi trabajo habitual como ATS con lo que realmente me gusta, que es criar yeguas.En la madrugada del viernes 9 de abril me nació el primer potro de esta primavera. Fuerte y sano, bonito como su madre. Pasé todo el día jugando con él, sintiéndome feliz. Cuando volví a verlo, el sábado por la mañana, no logré encontrarlo, hasta que vi la horrible escena: fuera del prado donde estaba el resto de la manada, un amasijo de huesos, piel y cabeza. Los lobos lo habían devorado, y nada quedaba de esa criatura preciosa y viva. Casi un año de espera y cuidados acababan así.

Empecé un peregrinar de despacho en despacho, en. la Junta de Castilla y León, en Medio Ambiente, en el Ministerio de Agricultura, y ante mi sorpresa, descubrí que sólo se compensan ese tipo de daños en cotos de caza o reservas ncionales de caza. Después de la pena y la rabia, un desamparo total por parte de las instituciones. Nació una segunda potra, y por último, el 8 de mayo, otra, tan pequena, tan juguete, que sólo pudo llamarse Bambi, y perdón por la cursilada. Las protegí, las tuve en los prados más abrigados, en mitad del pueblo. El martes 18 de mayo, cuando la más pequena ya tenía 10 días, junté a toda la manada: las dos crías, tres yeguas adultas, dos potras de un año y un caballo.

Cuando fui ayer a verlas no podía creer que hubiera vuelto a ocurrir, pero así era. Bambi muerta y medio comida. Ahora las he vendido todas.

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No pretendo nada con esta carta, pues ya sé que a nada tengo derecho. Únicamente escribo para evitar sufrimientos a quienes se sientan preocupados por el patrimonio ecológico de nuestro país. Que no piensen que en España quedan dos o tres lobos, acosados. Es posible que queden varios miles, y, desde luego, bien alimentados, pues esto que cuento no son hechos aislados. El lobo no es actualmente una especie amenazada, sino amenazante, y lo único que corre serio peligro de extinción es la ganadería leonesa. Eso sí, siempre hay brutos antiecologistas que matan y envenenan lobos.

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