La Conferencia de Derechos Humanos reeditará en Viena el choque Norte-Sur
Miles de activistas a favor de los derechos humanos tratarán de poner en aprietos a jefes de Gobierno, ministros y delegaciones oficiales de 180 países que participan en la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos de la ONU, que se inicia el lunes en Viena. Las organizaciones no gubernamentales (ONG), que exigirán la creación de un Alto Comisionado para los Derechos Humanos y de un Tribunal Penal Internacional, cumplirán la función de ser la voz de la conciencia en esta cumbre que comienza con profundas discrepancias entre Norte y Sur.
Con duras críticas a las posturas de las delegaciones oficiales de la conferencia -la mayor de la historia-, se ha inaugurado el Foro de las ONG, previo a la cumbre. A los países del Norte se les acusó de "imponer sus concepciones unilaterales de los derechos humanos a otros pueblos y culturas". "Los Estados industrializados", afirma un comunicado del Instituto Ludwig Boltzmann, que coordina las ONG, "deben aceptar que una mejoría real de la situación de los derechos humanos no puede realizarse si no es en el marco de un orden económico mundial equitativo".Fueron denunciadas también las intenciones de algunos países en vías de desarrollo e islámicos que pretenden relativizar la universalidad de los derechos humanos en nombre de la diversidad cultural. Pierre Sané, secretario internacional de Amnistía Internacional, dijo que la conferencia era "una bofetada a la humanidad" y aseguró que el borrador del documento final de Viena "está plagado de contradicciones".
La conferencia se desarrollará en el Austria Center, un edificio contiguo al de la ONU. Las ONG dispondrán de una gran tienda de campaña, que utilizarán desde la Federación Internacional para Derechos Humanos de Helsinki hasta dos madres de la Plaza de Mayo y un grupo de indígenas de Canadá que no tiene dinero ni para pagarse el hotel, y han iniciado su ofensiva para al menos dejar constancia de la geografía de la barbarie. No están convencidos, sin embargo, de que los resultados de la conferencia tengan un efecto real en la vida de las víctimas de la limpieza étnica, la tortura, las violaciones y el hambre.
Amnistía Internacional ha organizado para el día de la apertura la elaboración de una gigantesca alfombra con tarjetas postales enviadas por un millón y medio de personas que cubra la vía peatonal que rodea la catedral de San Esteban, en el corazón de Viena.
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