Los socialistas 'conquistan' el País Vasco
El espectacular aumento del voto no nacionalista vasco, atribuido a una mayor participación electoral -más de 3,5 puntos respecto a las legislativas de 1989 y más de 10 en relación a las autonómicas de 1990- ha dislocado considerablemente el panorama político. de esta comunidad autónoma. Tras su confluencia con Euskadiko Ezkerra (EE), el Partido Socialista de Euskadi (PSE) ha conseguido superar por vez primera al PNV en número de sufragios y acreditarse como alternativa al PNV en el Gobierno.El PP se ha implantado con fuerza en las tres provincias y busca ahora vertebrarse en aquellas áreas en las que sus resultados contrastan poderosamente con su nula presencia organizativa. Guipúzcoa, feudo del nacionalismo radical, simboliza para ambos partidos el alcance de su triunfo. El PSE-EE ha desbancado a HB como primera fuerza de esta provincia, y el PP, algo insólito incluso para la mayoría de sus dirigentes locales, consigue aquí uno de sus cuatro escaños. En plena resaca poselectoral, los partidos coinciden en que la bipolarización ha tenido en Euskadi un efecto muy superior al esperado y ha despertado a un electorado habitualmente abstencionista que se ha volcado a favor de las opciones de ámbito estatal. La nítida decantación de ese voto oculto desde hace años ha constituido una verdadera sorpresa para las formaciones nacionalistas, que admiten haber minusvalorado los efectos de la pugna bipartidista y el grado de implicación de amplios sectores vascos en el Gobierno de la Administración central. Los análisis de los datos parecen mostrar que el resultado no es fruto del trasvase de votos nacionalistas a formaciones no nacionalistas, si bien se observa un flujo del PNV al PP e incluso de HB a Izquierda Unida. Lo que resulta evidente, es que la confluencia entre el PSE y EE ha encontrado en estas elecciones una ocasión idónea para fructificar en las urnas y que la disputa por el antiguo electorado de EE se ha saldado claramente a favor de los socialistas.
El hecho de que Mario Onaindía haya obtenido en Guipúzcoa 3.000 votos más que sus compañeros de la lista del PSE-EE del Senado y casi 20.000 más que el antiguo secretario general de EE, Kepa Aulestia, hoy dirigente de la coalición EA-EUE, ilustra la decantación del electorado de Euskadiko, gran parte del cual ha traspasado ahora el muro que separa en Euskadi a las opciones nacionalista-no nacionalista.
Opción testimonial
La coalición formada por Eusko Alkartasuna y Euskal Ezkerra, partido este último surgido de la escisión de EE, ha visto rotas todas sus expectativas de alzarse al primer puesto en Guipúzcoa, única circunscripción en la que consigue escaño, y corre el riesgo de convertirse en una opción testimonial en Vizcaya y Álava. Inexorablemente, el PN-V sigue recuparando los votos que se fueron a EA tras su escisión interna. Es, sin duda, el único partido nacionalista que ha resistido el efecto de la bipolarización electoral. Más que a sus propios resultados -la consecución del sexto escaño era para sus dirigentes la mejor de las hipótesis posibles-, su relativa decepción, combinada con la alegría por el desgaste de HB y la recuperación del voto de EA, responde a la oleada de voto no nacionalista.
Pese a la coincidencia general de que los resultados del pasado día 6 obedecen Í a una coyuntura excepcional y son difícilmente trasplantables, quien más, quien menos, reconoce también que el fenómeno del voto oculto de clara inclinación por las opciones de ámbito estatal cuestiona los planteamientos reduccionistas de "lo vasco".
El PP ha conseguido que aflorara su tradicional electorado y ha obtenido el apoyo de un sector de la juventud instalado en las capitales vascas, donde logra resultados sorprendentes. Sus dirigentes creen que estas elecciones han supuesto la rotura del cliché, tan recargado en Euskadi, que los presentaba como "nostálgicos fachas y españolistas". Ya durante la campaña, este partido ofreció la imagen inédita de un joven militante suyo participando en un debate desarrollado integramente en euskera en los estudios de la Televisión Vasca.
La firmeza mostrada por el PNV, en detrimento de las opciones independentistas y autoderministas, y el triunfo del PSE-EE, que sube incluso en la áreas más castigadas por las crisis industrial, refuerza evidentemente al actual Ejecutivo vasco de coalición y echa por tierra el intento de EA-EUE de deshacer la alianza institucional de los dos socios del Gobierno. El ascenso de Unidad Alavesa (UA), apuntado en las últimas municipales, se ha quebrado radicalmente en estos comicios, y buena parte de sus votos han ido a parar al PP.
Las elecciones del pasado día 6 han modificado seriamente el panorama político vasco, pero han dejado abierto el interrogante de hasta qué punto esos resultados serán alterados en las próximas elecciones autonómicas, previstas para el otoño del próximo ano, y hasta dónde llegará el reajuste de las tendencias ahora apuntadas.
En un país con un marcado índice abstencionista que ha acreditado su disposición a votar diferente en función del ámbito electoral, ésa será, sin duda, la prueba de la confirmación de las tendencias políticas de los vascos.
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