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Detenido en Düsseldorf un adolescente en relación con el incendio en que murieron cinco mujeres turcas

La sociediad alemana, avergonzada, se preguntaba ayer si había algo que hacer para acabar con los asesinos neonazis, mientras que en la numerosa comumidad turca el miedo y la rabia se mezclaban a partes iguales. La policía detuvo en Düsseldorf a dos adolescentes de 15 y 16 años -aunque uno de ellos fue puesto en libertad poco después- en relación con el incendio provocado en una casa de Solingen en la que murieron tres niñas de 13, cuatro y dos años, y dos mujeres de 27 y 18 todas ellas de nacionalidad turca. Unas 10.000 personas, en su mayoría turcas, recorrieron ayer por la tarde las calles Solingen para expresar su repulsa coreando "¡Fuera nazis!".

De los tres. heridos graves, sólo uno, un joven de 15 años, sigue en peligro de muerte. Los otros dos; un bebé de seis meses y un niño de tres se encontraban ayer fuera de peligro., Las pistas aparentes que sigue la policía se centran en un grupo de neonazis, que, según varios vecinos, se reunían y entrenaban en un pequeño bosque justo detrás de la Unter Wernerstrasse, la calle donde se encuentra la casa incendiada. Otra pista podría encontrarse en las botellas rotas que dejaron unos cabezas rapadas que compraron gasolina en una cercana estación de servicio. El Gobierno alemán ha ofrecido una recompensa de 100.000 marcos (casi 8 millones de pesetas) por cualquier pista que lleve a descubrir a los culpables.La casa incendiada era propiedad (le la familia turca que la habitaba y un gran número de sus 20 ocupantes había nacido en Alemania.

El ataque parece una copia calcada del que, a finales del año pasado, acabó con la vida de otras tres mujeres turcas en la localidad de Mölln, en el norteño Estado de Schleswig Holstein, atentado que constituyó el punto culminante de una ola de violencia neonazi que se cobró 17 vidas en 1992. Después de aquella tragedia, el Gobierno de Bonn, que había sido acusado de pasividad ante las actividades de los radicales de extrema derecha, organizó una operación en toda regla contra la creciente red de grupos y grupúsculos que pretenden una vuelta del nacionalsocialismo, mientras que la sociedad alemana reaccionaba por medio de multitudinarias manifestaciones con antorchas contra el racismo.

En lo que va de año el número de incidentes racistas decreció radicalmente. Pero, según indicaron recientemente los servicios de información del Gobierno de Bonn, los grupos neonazis sólo habían aprovechado la tregua para reorganizarse. Este fin de semana, además de la tragedia de Solingen, se han producido incidentes en Múnich, Berlín, Cuxhaven y Wolfsburg, entre otros lugares. De hecho, en la misma Solingen, se habían producido varios incidentes en las últimas semanas y ayer, pasada la primera impresión, ya nadie negaba que uno o varios grupos neonazis se habían mostrado muy activos en la zona.

Ministro abucheado El propio alcalde de Solingen reconoció ayer que había tenido noticia de siete ataques contra extranjeros o propiedades de los mismos en las últimas semanas, el más grave de los cuales fue el incendio de la mezquita situada junto al Centro Cultural Turco. Las críticas por no haber tomado medidas a tiempo han empezado a llover sobre las autoridades de esta ciudad industrial de la cuenca del Rulir. Pero lo cierto es que, como dijo ayer en televisión el ministro del Interior, el democristiano Rudolf Seiters, que fue abucheado ayer cuando acudió al lugar de los hechos, por muchas que sean las medidas tomadas por el Gobierno, "con seis millones y medio de extranjeros, se necesita algo más que el trabajo de la policía, es una tarea para toda la sociedad".Paradójicamente, la tragedia de Solingen llega tres días después de que el Bundestag aprobara el cambio del derecho de asilo, en un intento de cerrar la puerta a los refugiados que a razón de 1.500 al día entran en el país. Ayer, junto a los restos de la casa, una pancarta rezaba "Primeros frutos de la ley del así lo: Asesinato en Solingen". Quienes más han criticado este cambio constitucional, consideran que va a incentivar a los incendiarios neonazis, convencidos de que la dolorosa polémica en la que se vio envuelto el país sobre el asunto y la decisión final de los diputados, es una victoria suya.

Durante toda la noche del sábado y a lo largo del día de ayer numerosas personas se congregaron frente al lugar de los hechos, donde había depositadas coronas, de flores, y carteles con diversas consignas. Por la tarde una gran manifestación que congregó a unas 10.000 personas, en su mayoría turcas, recorrió Solingen para concluir la marcha ante la vivienda destruida. El ministro ' de Trabajo, el democristiano Norbert Blüm y la presidenta del Bundestag (Parlamento) Rita Süssmuth, acudieron a Solingen y visitaron a los heridos en el hospital. En la manifestación, en la que se gritaron eslóganes como "¡Fuera nazis!" o "Extranjeros quedaros, nazis marcharos", participaron varios diputados turcos.

A última hora de la tarde, mientras se pronunciaban discursos en el lugar de los hechos, estalló una fuerte tormenta que acabó con la manifestación, que debía convertirse en una vigilia a lo largo de la noche.

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