Endrick asoma la cabeza y Güler se diluye en Anoeta
El delantero brasileño suma el cuarto gol en la Copa del Rey en una noche gris del turco
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El gol del triunfo del Madrid en Anoeta mostró mucho de lo que Carlo Ancelotti lleva persiguiendo desde el primer día, desde la regañina de Mallorca. A los 20 minutos, Vinicius, capitán por primera vez de los suyos, apareció en su propia área para robar una pelota, una escena muy poco habitual esta temporada, cuyo desarrollo ha estado condicionado en muchos momentos en el equipo blanco por la insuficiente implicación de los atacantes en defensa. En las últimas semanas, a raíz sobre todo del cruce con el City, el técnico italiano ha agradecido un mayor despliegue de sus estrellas a la hora de guardar el fuerte. Ocurrió también en San Sebastián en la cocina del tanto de Endrick, el hombre de la Copa hasta ahora para el Madrid, autor de cuatro dianas en casi su única ventana en su curso de estreno.
“Está mostrando sus características. Tiene mucho acierto, es rápido y potente. Todavía le falta mejorar con el balón, pero aprenderá”, analizó Carletto. “Soy un trabajador y tengo que trabajar. Cuando hay la oportunidad de jugar, debo hacer algo”, añadió el joven de 18 años.
La Copa, pese a ser ya semifinales, continuó siendo una vía secundaria para el Madrid dentro de un calendario que Ancelotti definió en la previa como “absurdo”. Lunin dejó descansando a Courtois y aportó seis paradas (“jugará la vuelta, pero es pronto para abrir el debate de una final”, matizó el italiano), Mbappé se sacó una muela y no viajó, Valverde siguió de necesaria parada técnica, Asencio volvió a probarse en el lateral derecho, Rodrygo empezó en el banquillo, y los aspirantes Arda Güler y Endrick tuvieron la ocasión de reivindicar lo suyo.
El segundo lo hizo de sobra y con el primero hubo que acudir en muchos tramos a la alineación para encontrarlo. El brasileño es uno de esos rematadores que disparan y luego preguntan. En el pasaje del 0-1, no le hizo falta preguntar. La robó Vinicius, Bellingham mandó un gran envío que atravesó el descampado defensivo de la Real y Endrick afinó con el exterior de la zurda. Tras el descanso, tuvo el segundo en un tiro al larguero. “Estoy un poco enfadado con ese disparo porque podría haber sido mucho mejor. Pero voy a mejorar fallando y mirando mis errores para ver qué puedo hacer”, comentó el delantero.
Endrick ya había sacado al Madrid del fango en la espinosa noche copera del Celta, en octavos, cuatro días después de la goleada en la Supercopa del Barcelona. Un latigazo suyo en la prórroga evitó que los pitos iniciales derivaran en bronca. En cuartos, en Leganés, también se apuntó otro tanto. La Copa es su territorio; en realidad, su único territorio. En Liga, en 2025, no ha llegado ni a 10 minutos en tres ratos. En Anoeta, el Madrid se replegó y lo encontró con éxito a la contra antes de ver cómo Ceballos se marchaba dolorido de la parte posterior del muslo izquierdo. Este jueves le harán pruebas.
Cánticos de “Asencio muérete”
En la previa, Ancelotti había hecho una llamada a la paciencia a los jóvenes y con los jóvenes. Se refirió, en especial, a Güler, de quien dijo que quizá su entorno no está tan de acuerdo con esa idea, aunque el mensaje, por vía indirecta, alcanzó inevitablemente a Endrick. En San Sebastián, el brasileño sí asomó la cabeza mientras el turco apenas compareció. “Ha trabajado bien en la posesión y el trabajo defensivo”, lo consoló Carletto.
Antes del descanso, el árbitro activó el protocolo por cánticos de “Asencio muérete” y detuvo el partido unos minutos hasta que por megafonía y en los videomarcadores se pidió que cesaran los ataques. “Lo he quitado en el descanso porque estaba afectado y tenía una amarilla”, afirmó Ancelotti, que se marchó satisfecho con “la solidez y solidaridad” de su equipo. “Hemos defendido como nos pidió el míster”, advirtió Vinicius.
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